El gobierno solamente requiere a las compañías que enumeren en sus etiquetas “sustancias químicas problemáticas conocidas.” Y la palabra clave es “conocidas” porque el gobierno no tiene idea si la mayoría de los productos químicos usados en la limpieza rutinaria son sanos ya que no los prueba, y no demanda a los fabricantes que lo hagan tampoco.
¡Ojo con las etiquetas!
