Horacio Rentería
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SAN DIEGO.- En lo que podría ser una reacción tardía pero que les dá aún esperanzas de una posible calificación a los juegos de postemporada de la Liga Nacional de Fútbol (Americano), los Cargadores de San Diego se impusieron a los poderosos Cuervos de Baltimore (Baltimore Ravens), por 13 puntos a 14.
Un juego ofensivo y más eficaz al que nos tienen acostumbrados dieron este domingo 18 de diciembre jugando en casa y tal vez con menor presión que en las frecuentes ocasiones en que les han sacado «el partido de la bolsa» y que no han sabido defender su ventaja.
Pero ahora con su triunfo los Cargadores ponen su récord en forma más equilibrada (con 7 victorias y 7 derrotas), compartiendo el segundo lugar en la tabla de posiciones con los Piratas de Oakland (Oakland Raiders).
De acuerdo con los expertos, el regreso del defensivo Ray Lewis simplemente no funcionó para el equipo visitante (ya calificado en su división, como comodín), debido a que siendo habitualmente sólida la defensiva de Baltimore, hoy estuvo totalmente dominada por la mayor destreza y eficacia demostrada en el terreno de juego por parte de «Los Bolts».
Esa habilidad quedó de manifiesto en las rápidas y sopresivas jugadas realizadas por Ryan Matthews, quien en este partido acumuló 119 yardas y 2 anoraciones, mientras Philips Rivers ahora no soltó balones y continuó con un buen mes alcanando 17 yardas para una total de 270, además de una anotación en su haber.
Malcom Floyd, un jugador considerado como clave en su regreso al terreno de juego, luego de haber estado sentado por una lesión, por su parte, se agenció 96 yardas.
De acuerdo con los especialistas, Shaun Phillips mejoró en esta ocasión su juego en forma notable.
Este sábado los Cargadores tendrán una «prueba de fuego» al jugar como visitantes ante los Leones de Detroit, pero si pasan esta «garita» podría haber buenas bases para que los aficionados de San Diego Chargers tengan fundadas razones para estar contentos y esperar un eventual pase de su equipo, aunque sea en medio del «sufrimiento y la incertidumbre».
Phillip Rivers. Ahora no soltó balones en perjucio de su equipo.