Washington, (EFE).- La Cámara de Representantes de EE.UU., bajo control republicano, aceptó hoy votar sobre la extensión de recortes de impuestos a la nómina que vencen a finales de mes, en una concesión al presidente estadounidense, Barack Obama.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, anunció en un comunicado que pactó un acuerdo con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, «para asegurar que no suban los impuestos para las familias trabajadoras el 1 de enero».

El acuerdo, anunciado tras una reunión privada de los republicanos en la Cámara baja, allana el camino para la votación este viernes de la extensión de dos meses a los recortes de impuestos a la nómina para 160 millones de estadounidenses y de subsidios de desempleo para cerca de dos millones de personas.

Según explicó Boehner, la Cámara de Representantes someterá a votación una medida que, por un lado, refleja la versión bipartidista que aprobó el Senado el pasado fin de semana y, por otro, realiza unos ajustes relacionados con asuntos de contabilidad sobre la retención de impuestos para las empresas.

La idea de Boehner es que este acuerdo sea votado por «consenso unánime», que en la jerga parlamentaria significa que se aprueba sin la participación de todo el pleno de la Cámara baja y el Senado, «antes de Navidad», aunque no precisó fecha.

Posteriormente, ambas cámaras del Congreso tendrán que designar legisladores para un proceso bicameral para seguir negociando en las próximas semanas una prórroga de un año, precisó Boehner.

Con este acuerdo, los republicanos de la Cámara baja finalmente cedieron a las presiones de la Casa Blanca, los demócratas del Congreso y de sus propios correligionarios en el Senado.

El acuerdo se logró tras casi una semana de tira y afloje entre demócratas y republicanos sobre la medida del Senado, que afrontó la férrea oposición de los republicanos en la Cámara baja.

La queja de los republicanos, en general, era que la extensión de dos meses es insuficiente y no brinda «certidumbre» a la alicaída economía, en unos momentos en que el sector privado necesita alicientes para crear empleos.

Por ello, insistían en reabrir las negociaciones con el Senado sobre una prórroga de un año.

Boehner incluso recibió dos llamadas telefónicas del presidente Barack Obama entre ayer y hoy para tratar de zanjar el asunto.

También recibió hoy una especie de ultimátum del líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, quien señaló que la urgente extensión de dos meses no está reñida con el deseo de los republicanos de negociar una medida de largo plazo.

Las disputas en torno a la extensión de los recortes tributarios y cómo financiarlos también dejaron al descubierto las divisiones entre los propios republicanos en ambas cámaras del Congreso.

La medida aprobada en el Senado, por 89-10, incluyendo el sí de 39 republicanos, extiende por dos meses los recortes tributarios y los subsidios de desempleo y evita recortes en los reembolsos para médicos que participan en el programa de «Medicare» para ancianos y jubilados.

La Casa Blanca lanzó el martes pasado una campaña por Twitter y Facebook para advertir del daño de una subida de impuestos a partir de enero próximo.

Obama dijo hoy que la Casa Blanca recibió más de 30.000 respuestas del público sobre el impacto de un aumento de impuestos de al menos mil dólares el próximo año, o unos 40 dólares en cada cheque de pago quincenal.

Al final, los republicanos, conscientes del descontento popular con el Congreso, cedieron a las presiones, que vinieron también desde las páginas editoriales del Wall Street Journal.