¡Vivan los protestantes!
(Aclaro: No me refiero a quienes profesan la “religión protestante”, sino a los desocupados que protestamos por cualquier motivo)
Protestar se volvió chévere y como somos tantos los “fans” que practicamos esta competencia de alto riesgo, pues la Revista Time nos consagró como “El Personaje del 2011”.
Protestar se convirtió en un deporte universal, más sencillo que el fútbol, no requiere uniforme, y uno puede saltar a la cancha en pijama y sin bañarse.
Además, sobran las “buenas causas” para protestar.
• Protestamos contra la inseminación artificial, porque le suprime al acto sexual su parte más divertida.
• Protestamos contra el exhibicionismo de algunas gallinas desplumadas que sin vergüenza dan vueltas –insinuantes- en unos tubos, en los asaderos de pollos.
• Protestamos contra los ordeñadores que les aprietan, sin piedad, las ubres a las vacas lecheras. Y contra los ricos de Wall, Street que nos las aprietan a nosotros.
• Protestamos contra los bancos (se excluye a los bancos de sangre).
• Y protestamos contra los racistas, los intolerantes, los terroristas, los fanáticos religiosos y los que discriminan.
¡ Ánimo! Todos pueden protestar, incluso, quienes ya están aburridos de tantas protestas.
- No más agite de masas –gritó mi tía.
Yo la examiné a ojo pelado, desde el peroné hasta la coronilla, pero como no le noté a la vieja ningún gordo fuera de la fila, pregunté.
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¿A qué masas te refieres?
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No será a las mías, cretino. A tantas masas -comunistas, hippies y socialistas- que para protestar duermen en los parques y le faltan el respeto a la autoridad.
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Tía, ¡Es tu oportunidad! Organiza con la policía una protesta para protestar contra tanto protestante que protesta.
Como la indignación se ha convertido en un virus contagioso que siempre termina en protestas, pues protestemos… pero de una manera original.
¿Qué tal imitar la protesta que se inventó hace 900 años la Lady Godiva?
La dama era la esposa del Conde Leofric, -un tipo medio republicano- que le clavó a los pobres unos impuestos desorbitados.
Un grupo de monjas benedictinas le rogó a Lady Godiva que intercediera ante su esposo para que éste aliviara a los pobres de tanto impuesto. Como el Conde era más terco que mula resabiada, pues se hizo el sordo. Entonces la Condesa, lo amenazó
- Querido Leo, si no eliminas los impuestos, desfilo desnuda por el pueblo de Coventry.
La veterana Godiva cumplió su amenaza y desfiló empelota, trepada en un caballo.
Qué güey tan indiferente. El condenado Conde ni se mosqueó.
Entonces las monjitas benedictinas volvieron a amenazarlo. Si continuaba negándose, ellas estaban dispuestas a mostrarle sus malos hábitos, despojándose de sus hábitos. El Conde se atortoló, y les rebajó los impuestos a los pobres y, de paso, a las monjitas.
Ahora, gracias al Internet, al Facebook y al Twitter uno tiene la posibilidad de protestar por cualquier causa.
Ayer me invitaron a protestar para presionar al gobierno a que les baje los impuestos -aún más- a los súper millonarios.
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Carnal, la idea es que protestemos desnudos, en apoyo de esos sacrificados miembros del exclusivo Club del 1%.
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Pero… ¿desnudos? –protesté- si estamos en invierno.
Tranquilo carnal, todos vamos a protestar en canicas… pero cada quien desde el computador de su casa.
VERBATIM
“La primera protesta de la historia estuvo a cargo de Eva, quien se quejaba en el Paraíso porque no tenía qué ponerse.”.