San Diego (California), 6 ene (EFE).- Activistas a favor de los derechos de inmigrantes celebraron hoy el fracaso de la iniciativa patrocinada por el asambleísta Tim Donnelly, que hubiese forzado un referendo sobre la ley que permite a estudiantes indocumentados obtener financiación para educación superior en California.

De acuerdo con lo informado hoy por Donnelly, su petición obtuvo 447.514 firmas de las más de medio millón necesarias para impulsar la iniciativa.

Una porción de esta ley, que entró en vigor el pasado 1 de enero, permite a indocumentados solicitar becas privadas en tanto que cuando entre en vigor completamente el año próximo autorizará las becas financiadas a nivel estatal y la ayuda financiera en universidades públicas.

Pedro Ríos, del Comité de Servicio de Amigos Americanos, una organización de defensa de derechos humanos de inmigrantes basada en San Diego, aseguró que este fracaso es una muestra de que el clima antiinmigrante de otras partes del país no se refleja en California.

«Quienes típicamente apoyan a Donnelly, concentrados en el condado de Orange y Riverside, han perdido fuerza y organización en las organizaciones como los Minute Man, desbaratándose o uniéndose a grupos que tienen enfoques más amplios y no sólo de inmigración», dijo Ríos a Efe.

Sin embargo, el que la propuesta haya estado a menos de 50.000 firmas representa, de acuerdo con el activista, que todavía se debe trabajar para que los inmigrantes puedan llevar sus preocupaciones directamente a sus representantes.

En un correo electrónico dirigido a sus constituyentes, Donnelly reconoció que no pudieron alcanzar las 504.760 firmas que necesitaban, lo que calificó como «noticias decepcionantes».

«Pero no por ello es menos una alerta para el gobernador (Jerry) Brown, y para cada legislador demócrata que votó para crear un nuevo privilegio para indocumentados, mientras que el estado tiene un déficit superior a los 9.000 millones de dólares y no puede cumplir con sus obligaciones con los estudiantes de California», añadió.

Esta no ha sido una buena semana para Donnelly, quien el miércoles fue detenido por la policía por tratar de abordar un avión en el aeropuerto de Ontario con un arma cargada, lo que está prohibido en el estado, y lo que es peor, admitiendo posteriormente que ni siquiera cuenta con un permiso de porte.

Por su parte el autor del Dream Act estatal, el asambleísta demócrata Gil Cedillo, dijo a Efe que el fracaso del referendo muestra que los votantes de California «lideran a nuestra nación hacia el futuro, no hacia el retroceso» y señaló que la ley busca reconocer el valor de los jóvenes del estado sin importar su lugar de nacimiento.

Los voluntarios que buscaban anular el Dream Act organizados bajo la organización «Stop AB 131», tenían como meta reunir 750.000 firmas a fin de reemplazar aquellas que hubiesen sido consideradas inválidas durante la revisión luego de que fueran auditadas.

Estos voluntarios dijeron que su trabajo buscaba reflejar la posición de la mayoría de los californianos, citando una encuesta del periódico Los Angeles Times y la Universidad del Sur de California, conducid en noviembre pasado, que mostró que 55 % ciento de los votantes se oponían a esta ley.

La encuesta, sin embargo, también mostró que estas posiciones estaban fuertemente influidas por el grupo étnico de los 1.500 participantes, pues el 79 % de los hispanos apoya la ley frente a 66 % de los blancos que se opone a ella.

Para Ríos, los grupos antiinmigrantes han tenido un impacto real en la política del estado en el pasado, pero durante los últimos tres años esto ha cambiado.

«El fracaso de esa iniciativa muestra que California está ofreciendo un modelo al resto del país sobre cómo valorar las contribuciones de inmigrantes», indicó el activista.