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Luis Francisco Barrón, de 20 años de edad, acusado de asesinato en primer grado en perjuciio de la adolescente Joanna Vargas, fue sentenciado a cumplir una condena que va de los 64 años a prisión de por vida.
El homicidio ocurrió la mañana del 27 de agosto del 2010, cuando la joven de 15 años cayó abatida por disparos de arma de fuego en un parque de Clairemont.
Barrón fue arrestado en la populosa colonia Obrera de Tijiuana por agentes ministeriales del estado, y entregado a la Fiscalía de Distrito por la Procuraduría de Justicia de Baja California, conforme al tratado de extradicción firmado entre los gobiernos de Estados Unidos y México.
Al padre de Joanna, José de Jesús Vargas, se le quebró la voz de la emoción y sentimiento que le embargo cuando quiso leerle una carta al juez del caso, Carles Rogers.
“Gracias Dios por hacer justicia para Joanna”, alcanzó a expresar poco antes de entregarle la carta al juzgador.
El juez Rogers tomó la misiva de manos del padre de la infortunada joven y la leyó: en la misma se atribuía la expresión de Joanna: “la violencia en esta comunidad debe pararse’, sin imaginarse que luego sería la víctima de la propia delincuencia.
José de Jesús Vargas también dijo que parte de su vida murió cuando su querida hija fue asesinada.
“Pero tu siempre serás recordada, yo lo prometo”, el escribió en la carta dirigida a su hija Joanna Vargas.
Por su parte, la madre de la muchacha, Estela Martínez dijo mirando hacia donde se encontraba Barrón en la Corte que ella había buscado en su corazón tratando de perdonarlo por su crimen, pero “el tiene que pedir por perdón a Dios, primero, y entonces el puede preguntarme, pues Dios va a juzgarlo; él tomó parte de mi vida”, afirmó.
Cuando terminó su intervención frente a la Corte, la madre lloró inconsolablemente ante los sentimientos encontrados que le produjeron los recuerdos de su hija y la presencia en la sede del tribunal del hombre acusado y sentenciado por su asesinato.