Los ojos, la mejor herramienta para seducir, tienen el poder suficiente para reflejar las emociones y el estado de ánimo. Necesitan cuidados especiales para evitar que delaten la edad y los signos de fatiga.

Cada mirada es un mundo y tiene sus necesidades. El contorno de los ojos envejece antes que el resto de la cara porque su piel es cinco veces más fina. Posee una concentración menor de fibras estructurales y presenta menor cantidad de glándulas sebáceas.

A ello se le suma que alrededor de los ojos se encuentran 22 músculos, de los cuales catorce se encargan de parpadear unas 10.000 veces al día para proteger el globo ocular, factor que provoca la aparición precoz de las arrugas y líneas de expresión.

«El estrés, la falta de sueño, la fatiga, la ingesta de alcohol y los manos hábitos como las exposiciones al sol empeoran la excesiva pigmentación que producen las ojeras, esa sombra lúgubre que otorga un aire cansado a la mirada», explica la doctora Josefina Royo de la Torre del Instituto Médico Láser.

Existen dos tipos de ojeras, las moradas y las marrones. Las primeras aparecen por la congestión circulatoria, problema exacerbado cuando existe tendencia al edema palpebral, mientras que las segundas están relacionas con el acúmulo de melanina y de origen familiar, más frecuentes en la raza blanca de origen mediterráneo.

«Ambos tipos mejoran notablemente con carboxiterapia o láser fraccional, dos técnicas de rápida recuperación, que permiten seguir con la vida cotidiana», explica la doctora Royo de la Torre.

La carboxiterapia, protocolo que combate las ojeras moradas, consiste en introducir una pequeña cantidad de gas CO2 mediante micropunciones con una finísima aguja con el fin de incrementar el flujo sanguíneo.

Las marrones se eliminan con el láser ablativo fraccional de CO2, un procedimiento médico que mantiene la integridad de la piel y consigue eliminar la capa de piel pigmentada.

Abre los ojos

«Las cejas caídas, las ojeras y la flacidez del párpado superior son los factores que delatan la edad», afirma la docta Royo de la Torre.

Las bolsas, que suelen ser hereditarias y se producen por un depósito de grasa en la zona, se pueden combatir con cremas y geles antibolsas, tratamientos de drenaje linfático o una bleferoplastia, una de las operaciones más sencillas de estética.

En cuanto a las patas de gallo, los laboratorios de investigación de Guerlain explican que «ninguna otra parte del rostro concentra tantos factores de riesgo de envejecimiento como el contorno de los ojos».

Esta piel frágil reacciona ante los ataques del frío, el calor, el viento, las micropartículas que el aire transporta, lo que la obligan a desplegar permanentemente un sistema de defensa para protegerse, constituido de moléculas antioxidantes naturales y de sistemas enzimáticos de desintoxicación.

Ante este hecho, los tejidos se ven afectados precozmente y surgen roturas en la red de sostén. Estos micro-traumatismos de los tejidos cicatrizan mal y provocarán rápidamente desórdenes tales como arrugas, pérdida de firmeza, bolsas y ojeras en el contorno de los ojos.

Para reactivar el proceso de reparación del contorno de los ojos debilitado por la concentración y la acumulación de las micro-fisuras, los laboratorios de investigación de Guerlain han puesto a punto una tecnología tensora específica elaborada con un concentro puro de miel y de jalea real.

Este concentrado, con acción antioxidante, acelera la migración de las células de los tejidos hacia las zonas dañadas para preparar la reconstrucción de la piel, favorece la reconstrucción de la piel y remodela los tejidos de tal manera que la mirada se torna visiblemente más joven.

La aplicación de los productos en esta sensible zona se debe realizar de la siguiente manera, según advierten los laboratorios Guerlain.

Primer paso, alisar y volver a tensar: Con los dedos corazón, aplicar el tratamiento alisando y tensando desde el interior hacia el exterior del contorno de los ojos, bajo los ojos y luego en los párpados superiores. Con los mismos dedos, describir espirales sobre las arrugas de la pata de gallo. Acabar alisando verticalmente hacia lo alto de las sienes.

Segundo paso, aligerar el peso de los párpados y realzar: Colocar tres dedos (índice-corazón-anular) en las cejas, levantar presionando durante 3 segundos y soltar. Deslizar alisando hacia las sienes.

Tercer paso, presiones drenantes para reabsorber bolsas y ojeras: Colocar los mismos tres dedos debajo de cada ojo. Dar ligeros golpecitos (teclear) desde el anular hacia el índice. Volver a comenzar llevando los dedos hacia el exterior de los ojos. Alisar hacia arriba en dirección de las sienes.

¡No se quede fuera!

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