SAN YSIDRO.- Hasta finales de la década de los 80’s, el Cañón Emiliano Zapata, enclavado en la colonia Libertad de Tijuana, fue un centro de concentración y continuó peregrinaje de aspirantes a inmigrar, “coyotes’ o “polleros” y de casi un centenar de tienditas o carpas donde éstos consumían comida caliente.

Frente a ellos estaba la vieja barda fronteriza que a partir de los 90’s sufriría una gran transformación, tanto en su tecnología como en su apariencia física.

Primero el reforzamiento de la barda con material de desecho de la Guerra de Irak, después la construcción de la doble y triple barda en los 73 kilómetros del llamado muro fronterizo, que se agregaban al sofisticado equipo de rayos ultrarrojos y ultravioletas para detección de personas ocultas, computadoras, caminos más accesibles, etcétera.

Pero todo ello a un costo humano muy elevado, como relatan activistas como Claudia Smith y Roberto L. Martínez (ya fallecido): la muerte de cientos de inmigrantes al cambiar la ruta de la inmigración.

En efecto, con la puesta en marcha a principios de 1994 de la llamada Gatekeeper Operation (Operación Guardíán) en cooperacióncon la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC o NAFTA por sus siglas en inglés), esta ruta cambió de dirección y siguió una nueva ruta: del Oeste al Este.

Ahora el Cañón Emiliano Zapata se encontraba solo y los inmigrantes siempre acosados ‘por los polleros’ apostaban a rutas más peligrosas e inseguras, eligiendo las solitarias montañas de Tecate, del desierto de los valles de Imperial y Coachella, y del vecino estado de Arizona, la nueva ruta de la inmigración, como advirtió desde entonces Claudia Smith, de California Rural Legal Asistente Foundation, (la Fundación de Asistencia Rural Legal de California).

Enrique Morones y Rafael Hernández, activistas defensores de los drechos humanos de Angeles de la Frontera y Angeles del Desierto, respectivamente, comenzaron el doloroso recuento de las miles de vidas de inmigrantes indocumentados que han perdido la vida en su intento de cruce de esta ‘sofisticada’ frontera. Para el 2010 ya sumaban más de 5 mil las personas fallecidas, y la barda metálica localizada frente al aeropuerto Abelardo L. Rodríguez de Tijuana aparece como testimonio de un fúnebre mensaje con las millares de cruces y nombres de las personas que perdieron la vida, sin que se contaran las desparecidas.

Foro Comunitario de

la Patrulla Fronteriza

Es en ese contexto en el que se entiende la importancia que reviste el primer foro comunitario formal entre funcionarios y agentes de la Patrulla Fronteriza de San Diego y el Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés).

Con el nombre de Bordel Patrol Community Forum (Foro Comunitario de la Patrulla Fronteriza) este encuentro abierto al público y realizado la tarde del jueves 23 de febrero en el Centro Cívico de la Casa Familiar resultó muy interesante y positivo para el objetivo que se planteó: “compartir información y responder preguntas e inquietudes acerca de la Patrulla Fronteriza y la Seguridad Fronteriza”.

Ahí, el director de la Patrulla Fronteriza, Sector San Diego, Paul Beeson, indicó que hay la mejor disposición de ésta corporación de trabajar en forma conjunta con la comunidad para hacer frente a los problemas y demandas que se generan en la región fronteriza San Diego-Tijuana.

En este sentido Justin M. De La Torre, supervisor de Operaciones Especiales de la Patrulla Fronteriza, quien advirtió que el trabajo que los agentes fronterizos realizan en su encomienda de vigilar y proteger la región es muy peligrosa, y requiere la colaboración de la comunidad.

Ejemplificó que la presencia de traficantes de inmigrantes indocumentados y traficantes de drogas en la región fronteriza ponen en peligro a los inmigrantes y a los agentes fronterizos, como se ha confirmado con los crímenes ocurridos en los últimos años.

Realmente es una labor muy complicada y peligrosa la que desarrollan los agentes, dijo De la Torre al relatar las estrategias de ‘polleros’ y narcotraficantes que aprovechan la frontera para cometer actos delictivos en perjucio de la comunidad fronteriza.

La región San Diego-Tijuana tiene asignada más de 2,600 agentes, y es después de la de Nogales, Arizona, la más importante entre Estados Unidos y México.

Durante el foro, varias amas de casa demandaron también una mayor seguridad con vigilancia policiaca en la comunidad de San Ysidro, ante la presencia de vendedores de droga, dijeron, y la verdad es que “tenemos miedo”, dijeron.

Horacio Renteria

Ellatinoonline.com