Cuando se habla de César Chávez, lo primero que llega a la mente es que hablamos del líder campesino, arraigado a la tierra y a la demanda de quienes la trabajan.
Y aunque es indudable que César fue eso y más, poca atención le hemos puesto a un hecho que lo dignifica y lo hace más valioso como ser humano:
Su servicio en 1944 (en plena Segunda Guerra Mundial), en la Naval de Estados Unidos, cuando apenas tenía 17 años de edad y en la cual sirvió por dos años.
De acuerdo con sus familiares y amigos cercanos, la estadía del fundador de la National Farm Workers Association (Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas, (NFWA), César aspiraba a sacarle el máximo jugo posible en la Naval a las habilidades que le ayudaran en su retorno a la vida como civil.
Pero en los hechos se daría cuenta que los trabajos encomendados para los mexico-americanos como él, eran más que limitados: trabajar como auxiliar en cubierta y pintando, a bordo de barcos.
Este joven nacido en una humilde casa de adobe el 31 de marzo de 1927 en la ciudad de Yuma, Arizona, e hijo de Librado Cháves y Juana Estrada, tuvo dos hermanos y dos hermanas: Richard, quien falleció el año pasado y Librado, así como las hermanas Rita y Vicki.
La familia recuerda que su nombre fue puesto por sus padres en reconocimidento a su abuelo paterno: Cesáreo Chávez.
Haber nacido en medio de la gran depresión económica fue un duro golpe para la familia Chávez, que aunque poseía un abarrotes y un rancho, perdió este último a causa de las dificultades económica por las que atravesaron. Luego perderían la casa, y no tendrían más remedio que irse a residir a California, donde también enfrentaron circunstancias muy duras.
Pero no se imaginarían Los Chávez que con ellos llevaban la semilla del líder campesino más grande que ha dado la historia estadounidense.
Su movimiento social en favor de la causa de los agricultores en tiempos en que los campesinos vivían en condiciones infrahumanas, en galerones, sin servicios sanitarios y agua potable, amenazados por los pesticidas y con el abuso y la arbitrariedad de sus patrones, fue trascendente.
César Chávez, por una afortunada ironía del destino, “eligió” morir en el estado donde nació y donde fue su cuna, Arizona. Cuando visitaba una amiga en San Luis Arizona, falleció el 23 de abril de 1993, a los 66 años de edad.
El presidente Barack Obama proclamó el 31 de marzo como El Día de César Chávez, con lo que se rinde un justo homenaje en su natalicio al líder sindical mexico-americano. “Chávez luchó y ganó muchos de los derechos y beneficios que actualmente gozamos. Al celebrar su natalicio, rendimos homenaje a las victorias duraderas de César Chávez por los trabajadores estadounidenses y sus métodos nobles para alcanzarlas”, escribió Obama en la proclamación difundida por la Casa Blanca.
Horacio Renteria
Ellatinoonline.com