Tucson (Arizona), 21 mar (EFE).- Guadalupe Guerrero, madre del joven Carlos R. Lamadrid, pidió justicia al cumplirse el primer aniversario de la muerte de su hijo, un ciudadano estadounidense de ascendencia mexicana a manos de un agente de la Patrulla Fronteriza en el sur de Arizona.
«Ha pasado un año y hasta ahorita no me han dicho nada de lo que está pasando en el proceso legal, con la investigación de la muerte de mi hijo, estamos igual que al principio», dijo Guerrero en entrevista con Efe.
Aseguró que se siente frustrada por no haber podido hacer nada para honrar la memoria de su hijo Carlos, a quien constantemente sueña diciéndole que «todo lo dejó arreglado para ella y que no se preocupe».
El 21 de marzo de 2011, Lamadrid, de 19 años, y un acompañante, iban en una camioneta modelo pick up y trataban de escapar de las autoridades dirigiéndose al muro fronterizo con intención de cruzar al lado mexicano en la ciudad fronteriza de Douglas.
Cuando Lamadrid escalaba el muro fronterizo por una escalera, un agente de la Patrulla Fronteriza le disparó, en su momento el agente federal declaró que lo hizo en defensa propia para «defenderse» de las piedras que le estaban lanzando desde territorio mexicano.
De acuerdo con el reporte de las autoridades que investigaron el caso en el interior de la camioneta del joven se encontraron 48 libras de marihuana.
«No hay una razón lógica para la muerte de mi hijo, yo quiero justicia, quiero que aquella persona que le hizo daño a mi hijo pague como cualquiera de nosotros», enfatizó Guerrero, quien recientemente se mudó a la ciudad de Tucson junto con sus dos hijos después de haber vivido 19 años en Douglas.
La madre considera que existe «otro tipo de ley», que se aplica en la zona fronteriza.
«Si esto le pasó a mi hijo que era ciudadano de este país, qué pueden esperar los inmigrantes indocumentados», comentó.
«Si mi hijo traía drogas debieron haberlo enjuiciado, darle una oportunidad», agregó Guerrero.
De acuerdo con el reporte oficial del forense, Lamadrid recibió cuatro impactos de bala, uno de ellos por la espalda.
La madre señaló que lo que más le preocupa es que este tipo de casos se repiten «una vez y otra vez» a lo largo de la frontera con México.
«Queremos que exista un cambio, que exista más conciencia por parte de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que cambien sus tácticas, sabemos que usan balas de hule y no sé porque no las usaron con mi hijo», cuestionó Guerrero, quien aseguró que a Carlos le dispararon a «quemarropa»
Guerrero dijo que aún no ha tomado una decisión sobre presentar en el futuro una demanda en contra del Gobierno federal y de la Patrulla Fronteriza por la muerte de su hijo.
Ninguna de las agencias encargadas del caso de Lamadrid contactadas por Efe quiso comentar sobre este caso porque se encuentra bajo investigación.
Por su parte, familiares, amigos y miembros de la comunidad conmemoraron el primer aniversario de la muerte de Lamadrid con una caminata y una vigilia en Douglas, que partió desde la casa donde vivió el joven hasta el muro fronterizo.
«Este tipo de casos tiene repercusiones muy malas para nuestra comunidad, aumentando una desconfianza hacia la Patrulla Fronteriza, y creando más problemas sociales», dijo a Efe Juanita Molina, directora de la Red de Acción Fronteriza en Arizona.
En su opinión, la contundente presencia de la Patrulla Fronteriza en la zona crea una situación compleja.
La activista dijo que no le sorprende que hasta el momento no exista más información relacionada con la investigación de la muerte de Lamadrid.
«Desafortunadamente así es como funciona Gobierno, éste es un caso a nivel federal, ellos no van a dar la información, nosotros debemos de ir más allá de las autoridades locales y luchar por conseguir esta información».
Molina considera que es de suma importancia que las comunidades tengan una voz por medio de una entidad independiente que regule las acciones de agencias como la Patrulla Fronteriza.