Washington, (EFE).- El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. defendió esta semana que su lucha contra la inmigración ilegal se centra en los criminales, al anunciar la mayor operación policial con esta finalidad que detuvo a 3.168 indocumentados con cargos en todo el país en tan solo seis días.
«Esta no es la gente que queremos en nuestras calles», sentenció el director de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, en sus siglas en inglés), John Morton, en una rueda de prensa en el Departamento de Seguridad Nacional.
De los casi 3.200 arrestados, Morton destacó que 2.834 son extranjeros con cargos por presuntos crímenes graves, incluidos 149 supuestos agresores sexuales, 50 miembros de bandas organizadas, además de personas acusadas por asesinato, robo, amenazas terroristas y tráfico de drogas.
«Somos una nación con una historia de inmigración digna de orgullo; si se llega al país y se siguen las reglas, los recibimos con los brazos abiertos; pero también somos una nación de leyes, si viene y se entra en el crimen, serán detenidos y expulsados del país», manifestó el alto cargo de la Administración Obama.
A parte de los cargos criminales, el director del ICE explicó que la operación llamada «Cross Check» arrestó a 698 inmigrantes que habían huido de las autoridades para evitar la deportación y otros 559 que habían vuelto a entrar en el país tras ser deportados una o más veces.
El Departamento de Seguridad Nacional incluso destacó los casos más graves para subrayar que las detenciones «avalan la política migratoria» y «sacan de las calles a delincuentes».
Morton habló de detenciones de inmigrantes con graves cargos originarios de México, El Salvador, República Dominicana, Portugal, Camboya, Jamaica, Haití y Camerún, que calcula que serán expulsados del país en «las próximas semanas y meses».
En los expedientes de ciudadanos de origen latino, incluyó el caso de un salvadoreño residente en el estado de Georgia condenado por acoso sexual y que ya había sido deportado con anterioridad, el de un mexicano de California por pertenecía a una banda criminal organizada y otros detenidos en Chicago, Massachusetts y Texas.
La prioridad de la administración Obama es la de detener a inmigrantes indocumentados con cargos, reiteraron los responsables del ICE en múltiples ocasiones.
«Lo que estamos haciendo tiene sentido -defendió el director de la agencia federal- no forma parte de nuestro objetivo alguien que lleva aquí treinta años, con dos niños, dos coches y una hipoteca».
En suma, hay detenidos de 116 nacionalidades diferentes, un tercio de ellos tienen más de un cargo criminal y el 89 % son hombres, ya que tan sólo se arrestaron a 325 mujeres.
La redada realizada a finales de marzo en tan sólo seis días conllevó detenciones en los cincuenta estados del país, el Distrito de Columbia, Puerto Rico y otros tres territorios estadounidenses.
Se movilizaron a 1.900 agentes del ICE y se colaboró con las autoridades locales, estatales y federales.
Preguntado por la posibilidad de detener a estudiantes universitarios indocumentados, John Morton contestó que los recursos limitados de su agencia no se destinarán a perseguir «niños que llevan toda la vida aquí».
Y justificó que el Gobierno que representa defiende el «Dream Act», la ley que permitiría a ciertos jóvenes indocumentados estudiar en la universidad.
En relación al programa Comunidades Seguras, que se está implantando progresivamente en todo el país, admitió las dificultades que deben afrontar las autoridades locales para aplicarla sin empeorar «la relación con los inmigrantes».
La redada «Cross Check» es la tercera en la historia del ICE, que realizó la primera el pasado mayo con 2.442 detenciones como resultado y la segunda en septiembre con 2.901 extranjeros arrestados.
Desde 2009, cuando esta agencia federal inició sus operaciones contra los inmigrantes indocumentados con cargos, también se han desarrollado siete operaciones regionales.
El subdirector ejecutivo de ICE, Thomas Homan, recordó que, a menor escala, «este tipo de operaciones se ejecuta a diario en los EE.UU. por parte de los agentes policiales».