Denver, (EFE).- Las cooperativas de crédito y otras instituciones financieras se beneficiarían con nuevos miembros y clientes si se adaptasen a las necesidades del creciente mercado hispano, el grupo «menos servido», afirmó una experta en el tema.

«Las cooperativas de crédito deben entender que el rostro del consumidor estadounidense está cambiando y que para que haya crecimiento, las cooperativas deben adaptarse a nuevos consumidores, en vez de forzar a que esos consumidores se adapten a las cooperativas», dijo a Efe Miriam De Dios, vicepresidente de Coopera, en Des Moines, Iowa.

De Dios enfatizó que, según reportes el 50 por ciento de los hispanos en Estados Unidos no tiene una relación tradicional con instituciones financieras, como bancos o cooperativas de ahorro o de crédito, sino que usan servicios financieros alternativos, generalmente con un costo mayor. «De allí la gran oportunidad», agregó.

De Dios nació en Jalisco, México, y creció en Estados Unidos, donde vio a sus padres «sufrir por muchas cosas, incluyendo desconocer el sistema financiero estadounidense».

Esa experiencia personal la llevó a interesarse en temas financieros y hace cinco años llegó a Coopera, atraída por la visión del fundador de esa compañía, Warren Morrow.

Morrow nació en México (su madre era mexicana) y allí pasó parte de su infancia antes de mudarse a Tucson, Arizona. Posteriormente estudió biología en el Colegio Grinnell, en la localidad homónima al este de Des Moines. En ese colegio, en 1999, fundó el Proyecto de Liderazgo Latino que, tras varias transformaciones, luego llegó a ser Coopera Consulting.

Coopera ahora es propiedad de Affiliates Management Company, el holding a la Liga de Cooperativas de Crédito de Iowa (CUNA, en inglés).

Morrow falleció sorpresivamente en febrero pasado, a los 34 años. «Fue algo inesperado y profundamente impactante para todos nosotros. Warren era una persona muy apasionada y creía en la idea de traer servicios financieros dignos a la comunidad hispana a través de las cooperativas de ahorro y crédito», indicó De Dios.

«El creía que una organización podía beneficiarse a sí misma al ayudar a la comunidad y que el servicio a la comunidad hispana no debería de ser algo hecho por caridad, sino por su valor», agregó.

De Dios siente que ella y sus colaboradores deben continuar con la misión de Morrow de «ayudar a la comunidad a sobresalir».

Una de las maneras de hacerlo, dijo, es educar a los hispanos sobre los servicios financieros tradicionales, para evitar que paguen altos precios en casas de cambios de cheques, o en tarjetas prepagadas de tiendas, o en préstamos con altos intereses al comprar carros.

Pero la otra opción es educar a las cooperativas de crédito sobre la necesidad de implementar un proceso sistemático para servir al mercado hispano.

«Tener una estrategia para servir mejor a la comunidad hispana es una necesidad hoy en día para las cooperativas de ahorro y crédito. Es algo bueno que deben hacer y también es una inversión en su futuro», declaró De Dios.

Por ejemplo, las cooperativas pueden crear programas para ayudar a los hispanos a navegar el sistema financiero de Estados Unidos. Al hacerlo, pueden atraer nuevos miembros hispanos y, como consecuencia, reducir la edad promedio de los miembros de las cooperativas, creando así un «futuro sostenible» para esas instituciones financieras.

«Este plan de acción se puede aplicar a otras industrias y a otros grupos étnicos. No hay nada mágico. Es un proceso sistemático que en este caso les permite a las cooperativas adaptarse a las necesidades de la comunidad hispana», dijo De Dios.

«Los hispanos son una solución a los desafíos de las instituciones financieras, ya que representan un mercado joven y nuevo con un creciente poder adquisitivo y un apetito por una variedad de servicios financieros. Las cooperativas de crédito necesitan a los hispanos, y los hispanos a esas cooperativas», concluyó.