La ingestión de agua, bebidas isotónicas, edulcoradas o gaseosas, y otros líquidos, ayuda a mantener hidratado el organismo y lo beneficia de diversas maneras, pero puede resultar perjudicial si no se bebe con moderación y tomando ciertas precauciones.

El cuerpo de un adulto ‘contiene’ en promedio un 65 por ciento de agua. Parar mantener el organismo bien hidratado , en condiciones de temperatura y actividad física moderada, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria aconseja que los adolescentes a partir de 14 años, los adultos y los ancianos tomen entre 2 y 2,5 litros de agua al día, tanto hombres como mujeres.

El Instituto de Investigación Agua y Salud recomienda incluir en esa cantidad el agua mineral natural porque aportan minerales esenciales y oligoelementos que benefician a la salud.

Una investigación dirigida por la doctora Ashima K. Kant, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (EE.UU.), ha descubierto que las personas que eligen el agua como principal fuente diaria de líquidos tienen una alimentación más saludable y tienden a comer más fibra y menos dulces, y alimentos ricos en calorías.

Por otra parte, los neurólogos estadounidenses Peggy Mason y Hayley Foo han descubierto que beber agua de forma placentera ayuda a aliviar el dolor, al activar una parte del cerebro relacionada con los mecanismos analgésicos naturales.

La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) recomienda variar las fuentes de líquido, ya que hay muchas bebidas con un alto contenido hídrico, como las bebidas refrescantes con edulcorantes, con jugo de frutas o con azúcar, así como el té, el café, las infusiones, las bebidas isotónicas, la leche desnatada o semidesnatadasy los jugos de fruta.

CUIDADO CON LA

TEMPERATURA Y EL AZÚCAR.

Aunque los beneficios de las bebidas no sólo se reducen si se toman muy calientes sino que elevan el riesgo de enfermar.

Expertos chinos hallaron que quienes beben el té verde después de verter el agua recién hervida tienen más riesgo de desarrollar cáncer de esófago que los que esperan unos minutos a que se enfríe; unos resultados aplicables a otras infusiones y líquidos.

“Las personas no deben consumir líquidos extremadamente calientes”, señala el doctor Jinkou Zhao, del Centro Provincial para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Jiangsu. Recalca que muchos estudios sugieren que el consumo regular de líquidos calientes (té, café y sopa) eleva el riesgo de cánceres digestivos.

Por otra parte, aunque las bebidas para el deporte son consideradas más sanas que las sodas y refrescos, el ácido cítrico que contienen corroe parcialmente la capa de esmalte de los dientes lo cual permite que se ablanden y debiliten, según un estudio de la Universidad de Nueva York, en EE.UU.

Para prevenir la erosión dental, los expertos aconsejan consumir bebidas deportivas con moderación, después de tomarlas esperar al menos treinta minutos antes de cepillarse los dientes, para permitir que el esmalte suavizado se endurezca nuevamente.

Si se tienen problemas de sobrepeso o se intenta adelgazar, conviene reducir el consumo de bebidas azucaradas, ya que son la principal fuente de calorías provenientes de líquidos, muy por delante de las bebidas edulcoradas, dietéticas, leche, jugo natural, café y té con azúcar, café y té sin azúcar, y alcohólicas, según investigadores de la Escuela de Salud Pública Health Johns Hopkins Bloomberg, de Baltimore, Estados Unidos.

Tampoco conviene excederse con las bebidas azucaradas o con mucha fructosa, como refrescos, limonadas y jugos de frutas endulzados, porque si se consumen demasiado pueden elevar la tensión sanguínea, de acuerdo a investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana, Estados Unidos.

EFE