Ford, «Harry» para los amigos, construyó su carrera alrededor de la figura de un héroe de carne y hueso, incapaz de evitar los problemas, vapuleado hasta la saciedad por variopintos enemigos pero que terminaba saliéndose con la suya y sacando su inconfundible media sonrisa. Ese perfil de superviviente casa también con su vida personal, no exenta de aventuras. Al igual que Han Solo de la saga Star Wars, Ford es un consumado piloto, aunque en su caso de helicópteros, y comparte con Indiana Jones las expediciones por la jungla, si bien como miembro de una organización ecologista y no por arqueología.

Su experiencia aérea, incluido algún que otro accidente, le ha hecho participar en operaciones de rescate en Wyoming, donde a finales de los 80 encontró su hogar cuando buscaba un lugar para huir del «Estado tonto», según dijo a National Geographic en referencia a California y la meca del cine en la que aterrizó a mediados de la década de 1960.

Nacido en Chicago, se educó en Wisconsin donde fracasó como universitario pero desarrolló su interés por el teatro.

Debutó en las artes escénicas en 1963 y poco después se mudó a Hollywood con su primera esposa, Mary Marquardt, de la que se divorció en 1978, tras quince años de matrimonio, justo cuando el éxito llamaba a su puerta. De aquella relación nacieron sus hijos Benjamín y Willard.

Con una familia a su espalda y un trabajo inestable en el que no acababa de progresar, a pesar de tener contratos con Columbia y Universal y aparecer en series como El Virginiano (1967), La ley del revólver (1972), Ford decidió hacerse carpintero en espera de que le llegara su gran oportunidad.

Fue en esa época cuando hizo de técnico en una gira de The Doors y sufrió un accidente de coche que le dejaría su inconfundible cicatriz en la barbilla.

Su suerte cambió en 1972 de forma inesperada. Cuando instalaba una escalera en casa del actor Glenn Ford se cruzó en su camino un guionista y director de cortos y documentales llamado George Lucas que un año antes había realizado su primer filme, THX 1138. Lucas le dio un papel en su segunda película, American Graffiti (1973), que produjo Francis Ford Coppola, por entonces ya una celebridad por El padrino.

El propio Coppola contó con Harrison Ford para La conversación (1974), más adelante en Apocalypse Now (1979), y posteriormente el intérprete se alistó en la tripulación de la que se convertiría en la saga de ciencia ficción más popular de la historia, La guerra de las galaxias (1977).