Para combatir la contaminación doméstica no basta con limpiar el polvo. Las fuentes alergénicas tienen que ver con los materiales de construcción, el aislamiento o la renovación del aire.
Las alergias se han convertido en una auténtica plaga en el siglo en que vivimos. Afecciones en la piel y en las vías respiratorias son las más comunes en todos los hogares, en especial porque pólenes y ácaros están presentes en el 90 por ciento de las casas.
Según Marcel Guedj, especializado en temas medio ambientales y de salud doméstica, y autor del libro “Una casa sin alergias y contaminantes”, no hay que creer que los agentes contaminantes domésticos son menos peligrosos que los exteriores.
“Debido a la contaminación del aire doméstico, que procede de los productos de bricolage y de limpieza, de los materiales de construcción y de decoración, e incluso de los cosméticos, la vivienda, se convierte en una trampa donde se concentran alérgenos de todo tipo”, afirma.
INVISIBLES PERO DAÑINAS.
Las ventanas y los conductos de ventilación introducen en nuestro hogar minúsculas partículas del exterior. En el interior, el polvo en suspensión es el encargado de transportar los contaminantes y alérgenos como esporas de mohos, fibras, alérgenos del gato y sustancias procedentes de la combustión de la calefacción, además de los metales tóxicos (plomo, cadmio, mercurio, etc.) presentes en determinadas pinturas.
Guedj advierte de que los aislamientos térmicos y acústicos de las viviendas, ubicados en techos, suelos y tabiques están realizados en lana de vidrio y lana de roca y que, al colocarlos y retirarlos, las lanas liberan fibras y estas provocan irritaciones cutáneas y respiratorias. “Actualmente hay multitud de alternativas ecológicas que no perjudican la calidad del aire y que no representan riesgos para la salud”, añade.
Entre éstos, el experto apunta la lana de oveja virgen que tiene muchas aplicaciones y se ha desvelado como uno de los mejores aislantes naturales. Después de lavarla con jabón y cristales de sosa recibe un tratamiento especial contra la polilla y así elimina la presencia de ácaros. Las plumas de pato son también un material nuevo y aislante que, una vez lavadas y esterilizadas, pierden todo componente orgánico.
CALEFACCIÓN Y AIRE.
Tanto en invierno como en verano los aparatos para calentar y refrescar el ambiente tienen una incidencia directa sobre la respiración. Combatir la sequedad ambiental es clave en el interior de una vivienda cuando llega el invierno. Para que los ácaros no proliferen lo mejor es mantener una temperatura de entre 16 y 18 grados.
Los humidificadores, los ionizadores y purificadores de aire combaten las alergias respiratorias. Si no dispone de ellos coloque un recipiente con agua sobre los radiadores o seque próximo a ellos la colada, conseguirá así humedecer el ambiente.
Lo ideal es disponer de una ventilación adecuada que renueve el aire de una manera natural y lograr un adecuado mantenimiento de los conductos de ventilación, para evitar así que se desarrollen mohos y bacterias, por lo que hay que limpiarlos y desinfectarlos con regularidad.
DECORACIÓN.
La madera es uno de los materiales más recomendados para suelos y pared. “Lo ideal es utilizar revestimientos lisos y lavables, pues son más fáciles de mantener que las moquetas”, dice.
El terrazo de terracota es ideal, según explica Guedj en su libro “Una casa sin alergias ni contaminantes” pues, además de tener propiedades térmicas, permite decorar con variedad de estilos.
La madera maciza, los parqués y revestimientos de madera para paredes son buenos aislantes y fáciles de mantener. Aunque a veces pueden soportar mohos, sin que nos demos cuenta, si se ha producido condensación debido a una mala ventilación.
A pesar de que muchos no lo crean, el linóleo, compuesto por varias sustancias naturales, como aceite de linaza, resina de pino y serrín, es un material analérgico muy interesante, bactericida y también antiácaros.
Un cuidado pormenorizado de los materiales que nos rodean nos evitará tener que poner remedio a determinados problemas de salud.
Por Inmaculada Tapia.