Las estrategias mentales destinadas a reforzar la motivación para abandonar el tabaquismo son claves para abandonar un hábito fuertemente condicionado.

Madrid, España.- Las estrategias psicológicas son decisivas para abandonar el hábito y no recaer, y derrotar al gran enemigo, no sólo de la salud orgánica, sino de todos los intentos de dejar de fumar: la nicotina.

“Este alcaloide, que es el principal principio activo del tabaco, tiene un poder adictivo enorme”, señala el doctor Sergio Morchón, especialista en medicina preventiva y miembro de la Unidad de Tratamiento del Tabaquismo del Hospital Universitario de Bellvitge (Cataluña, España).

Según Morchón, la nicotina inhalada a través del humo del tabaco llega a los pulmones “pasa a la sangre y llega al cerebro en 7 segundos, produciendo una sensación muy gratificante”.

“Actúa en el organismo de dos maneras que refuerzan la adicción: provocando un gran estímulo placentero, que aumenta al dar más caladas, y cuando no se la consume provocando un fuerte síndrome de abstinencia, que impulsa a fumar para no pasarlo mal y sentirse mejor pronto”, señala el experto.

“Más de la mitad de los fumadores intentan dejar el hábito, pero sólo el 5 por ciento lo consigue, debido a que mantienen comportamientos que no les favorecen o lo intentan sin ayuda. El mayor riesgo de recaída se produce en los primeros 6 meses de abstinencia. Si se supera ese lapso sin haber fumado, al cabo de un año es mucho más difícil recaer”, señala el médico.

No obstante, para el doctor Morchón “todos somos capaces de dejar el cigarrillo si sabemos cómo hacerlo y contamos con los apoyos y recursos necesarios para alcanzar el éxito”.

MEJOR MOTIVARSE QUE EMPECINARSE

Según la psicóloga Teresa Salvador, experta del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo y directora de la consultoría TSL Estudios, “muchas personas aducen que les falta fuerza de voluntad para dejar de fumar, pero para lograrlo importa más la motivación que el empecinamiento”.

“Si algo nos interesa haremos lo que haga falta para conseguirlo. Para ello hemos de centrarnos en clarificar por qué queremos dejar el cigarrillo, cómo nos beneficiará, por ejemplo para la salud y el bolsillo, y qué ventajas nos aportará”, señala.

Según Salvador, “todas las personas pueden dejar de fumar, si emplean a fondo las herramientas disponibles, que abarcan desde la asistencia que proporcionan los médicos y psicólogos, y las Unidades de Tabaquismo, hasta nuevos fármacos, consejos médicos, tratamientos dietéticos y técnicas de autoayuda”.

“Es difícil abandonar el cigarrillo la primera vez que te lo propones, pero a medida que lo intentas en más ocasiones aumentan tus probabilidades de éxito, que son del 70 por ciento en el cuarto intento”, señala la psicóloga.

Advierte Salvador, que “hay que mentalizarse para aguantar las primeras semanas de abstinencia, las más difíciles. Después, y con el paso de los días, los síntomas de ansiedad, irritabilidad y nerviosismo, y el deseo irrefrenable de volver a fumar y el pensamiento continuo en el tabaco, se vuelven menos intensos”.

“Tomar café, salir a cenar, estar nervioso o inquieto, realizar el trayecto al trabajo Hay momentos en que la voluntad flaquea y resurge la tentación”, señala la psicóloga, que recomienda cambiar algunas rutinas para no recaer; por ejemplo, “después de comer conviene levantarse de la mesa y salir a andar unos 10 minutos en vez de quedarse en la sobremesa”.

DESTACADOS:

  • “La nicotina tiene un poder adictivo enorme. Cuando es inhalada pasa de los pulmones a la sangre y llega al cerebro en 7 segundos, produciendo una sensación muy gratificante”, explica el doctor Sergio Morchón, de la Unidad de Tratamiento del Tabaquismo del Hospital Universitario de Bellvitge, en España.

  • Para Morchón, “todos somos capaces de dejar el cigarrillo si sabemos cómo hacerlo, contamos con los apoyos y recursos necesarios y somos conscientes de que el mayor riesgo de recaída se produce en los primeros seis meses de abstinencia nicotínica».

  • Según la psicóloga Teresa Salvador, del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo «para dejar de fumar importa más la motivación que el empecinamiento, así como centrarnos en por qué queremos deshabituarnos y cómo nos beneficiará».