La alopecia androgenética podría solucionarse gracias a la terapia con células madre, según se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad British Columbia de Canadá. Estos científicos han conseguido aislar, por primera vez, la parte del bulbo piloso que influye en la generación del pelo.

El pelo tiene la capacidad de autodestruirse y de regenerarse más tarde. En la raíz del cabello se halla la información que permite que, cada vez que un pelo cae, vuelva a crecer, a no ser que exista alguna enfermedad.

La técnica que ha desarrollado el equipo del doctor Kevin Mc Elwee en la Universidad British Columbia de Canadá consiste en aislar las células que contienen el material genético necesario para generar nuevo pelo, separarlas y multiplicarlas en el laboratorio.

“El secreto estaba en entender qué parte de la raíz del pelo tiene esta información tan curiosa que, por ejemplo, permite que una persona reciba varias pautas de quimioterapia y pierda el pelo varias veces sin que estas células se alteren. De tal modo, que cuando esa persona deja la quimioterapia, el pelo vuelve a nacer”, comenta Ramón Grimalt, coordinador del Grupo Español de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

“Algo similar ocurre en la pubertad, cuando se estimulan los folículos dormidos, de manera que crece vello púbico y axilar, además de barba en el caso de los hombres”, describe el dermatólogo.

CÉLULAS CON CAPACIDAD PARA REGENERAR EL PELO

Asimismo, una mujer de setenta años puede descubrir alarmada que, en la zona del mentón, donde ella creía que no tenía pelos, le nace vello. “Esto sucede porque había unas células madre dormidas que, al recibir el estímulo correcto, se ponen a fabricar pelo”, explica.

En el cuero cabelludo, la excepción la constituyen las zonas donde se sufre alopecia androgenética. El doctor Grimalt indica que en la parte delantera de la cabeza estas células van perdiendo la capacidad de regenerar pelo en el futuro.

Teniendo en cuenta estas observaciones clínicas conocidas desde hace años, los investigadores de la Universidad British Columbia han conseguido aislar las células que cuentan con la capacidad de regenerar el pelo.

“La técnica consiste en hacer una pequeña biopsia de la parte occipital del cuero cabelludo, una zona en la que nunca aparecerá calvicie masculina. Se aíslan del bulbo piloso las células denominadas Dermal Sheath Cup (DSC), que llevan el código genético necesario para poder formar nuevo pelo, se separan y se multiplican en el laboratorio”, señala Grimalt.

Más tarde, el caldo de cultivo celular se inyecta de forma subcutánea en el área donde se pretende que nazca pelo. Así, “en las zonas donde hay alopecia crece el pelo debido a la información genética que traen esas células”, apunta.

“Dichas células saben cómo crear nuevos folículos. Simplemente tenemos que reproducirlas en los cultivos de laboratorio. Cuando se las inyectamos al paciente, se comunican con los queratinocitos ubicados en la piel, permitiendo que éstos creen nuevos folículos. Aún no estamos seguros de todos los factores genéticos que están involucrados pero, ciertamente, inducen de manera muy potente la actividad de los queratinocitos y la diferenciación de estos queratinocitos en nuevos folículos”, explica el doctor Kevin Mc Elwee, responsable del estudio, a “Diario Médico”.

En el estudio participaron diecinueve pacientes procedentes de Georgia. Los resultados de los primeros seis meses de experimentación se presentaron a finales del pasado mes de junio en el “European Hair Research Society”, en Barcelona (España). Aunque todavía quedan dieciocho meses más para completar el ensayo.

El dermatólogo manifiesta que hay que emplear sustancias potencialmente peligrosas para el organismo cuando se pretende estimular a las células para que se multipliquen. “Queremos hacer que la célula se multiplique mucho más rápido de lo que ella se querría multiplicar. Para conseguirlo hay que ponerle un alimento especial. Estas substancias de activación celular son parecidas a las que aparecen cuando hay tumores y cánceres en el cuerpo”, aclara.

El facultativo destaca que los pacientes tratados con esta terapia no han desarrollado ningún tipo de tumor. “Se han hecho biopsias de control en todos los casos y parece que esta, que era la parte que más miedo daba, no va a plantear problemas”, afirma. En adelante, “sólo hay que afinar un poco la técnica”, expresa.

Dicha técnica supondrá un importante avance respecto al trasplante de cabello tradicional. Este último consiste en extraer un pelo de la nuca e insertarlo en la parte frontal de la cabeza.

El médico precisa que ese pelo se acuerda toda la vida de su origen. Como salió de una zona donde no aparece calvicie, vivirá para siempre en la frente sin caerse.

EFE

El principal problema del trasplante tradicional es que los pelos de la nuca no son infinitos y, en un momento dado, se terminan. Sin embargo, la técnica desarrollada por el equipo del doctor Mc Elwee, potencialmente permitirá multiplicar las células de tal modo que con una sola biopsia de tres milímetros se podrán obtener muchos folículos nuevos.

Su objetivo es tratar la alopecia androgenética, un problema que, según indica el doctor Grimalt, afecta al cincuenta por ciento de la población masculina mundial y casi a un veinticinco por ciento de la población femenina de todo el mundo.

Sin embargo, hay otras variedades de alopecia muy difíciles de tratar como la alopecia areata o las formas de alopecia cicatriciales. “Podría ser que estos pacientes también se beneficiaran del tratamiento. Pero, probablemente, en esta sección los ensayos clínicos se realizarán más tarde por motivo del número de pacientes, por la facilidad y por el interés general de la población”, declara.

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