Washington, (EFE).- Centenares de personas se congregaron el pasado lunes en un templo mormón en Arizona para el funeral del agente Nicholas Ivie de la Patrulla Fronteriza, muerto aparentemente por los disparos de uno de sus colegas la semana pasada.

Decenas de agentes de la Patrulla Fronteriza, varios de ellos a caballo, montaron guardia en torno al templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la localidad de Sierra Vista donde se efectuó la ceremonia fúnebre.

Ivie murió en un tiroteo en la madrugada del martes en un área montañosa, unos 10 kilómetros al este de Bisbee y varios kilómetros al norte de la frontera de México, conocida por el tránsito de contrabandistas.

El viernes pasado la Oficina Federal de Investigaciones señaló que había indicios firmes de que en el incidente los agentes de la Patrulla de Fronteras intercambiaron disparos entre ellos.

Ivie, de 30 años, y otros dos agentes concurrieron a la zona como respuesta a las señales de un sensor electrónico.

El jefe interino de la Policía del Condado Cochise, Rodney Rohtrock, informó que Ivie y los otros agentes llegaron al área en vehículos separados y luego siguieron a pie hasta el sitio.

El presidente del Consejo Nacional de la Patrulla de Fronteras que revisó los informes del incidente, George McCubbin, dijo al diario The Arizona Republic que Ivie entró en una hondonada desde el norte mientras que los otros dos agentes, un hombre y una mujer, ingresaban desde el sur.

Los investigadores creen que Ivie supuso que se había topado con un contrabandista armado y disparó hiriendo al hombre en el tobillo y las nalgas, dijo McCubbin. Los agentes se encontraban a menos de 20 metros de distancia uno del otro.

McCubbin indicó que el agente herido respondió a los disparos matando a Ivie. La agente también disparó su revolver pero no se ha aclarado si alcanzó a alguien con sus balazos.

Jeffrey D. Self, comandante de operaciones en Arizona de la Oficina del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés), dijo en una conferencia de prensa el viernes que los resultados preliminares de la investigación del suceso ya se habían notificado a la familia de Ivie.

Ivie «murió en servicio y su sacrifico será reconocido», enfatizó Self. Agregó que el trabajo de los agentes fronterizos es «peligroso» y que todos los que portan el uniforme son conscientes de ello.

Aunque inicialmente se habló de la presencia de otras personas en el lugar del suceso, la investigación indica que probablemente los únicos que dispararon fueron los agentes fronterizos.

«Éste es un acontecimiento trágico», dijo Rothrock.

Por su parte, la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, visitó la semana pasada la frontera de Arizona y se reunió con la familia de Ivie y con los agentes del FBI que llevan a cabo la investigación. También recorrió en un helicóptero el área donde ocurrieron los hechos.

Ésta es la primera muerte de un agente fronterizo en los límites de Arizona desde que el agente Brian Terry murió en diciembre de 2010 en un enfrentamiento con criminales.

En el lugar donde murió Terry se encontraron dos armas que después fueron relacionadas con la controvertida operación «Rápido y furioso», que permitió el cruce de más de 2.000 armas de fuego a territorio mexicano.

¡No se quede fuera!

Manténgase informado; reciba nuestro boletín


Usted esta dando su consentimiento para recibir correos electrónicos informativos y de publicidad.