La rutina puede ser positiva. La regularidad en los horarios para dormir y las cenas en familia ayuda a criar niños más saludables y mejor preparados para enfrentar desafíos. Pero en ocasiones algunas de las rutinas familiares interfieren con un mejor desarrollo.

Los hábitos se crean por un motivo: cronogramas ajustados, comodidad o falta de reconocimiento de que existen otras posibilidades. Ciertas conductas le permitirán ahorrar tiempo a fin de pasar más tiempo en familia, pero quizás también le ofrezcan menos de lo que merece.

Cómo cambiar un hábito

Cambiar un hábito puede ser difícil, pero por suerte existen diversas formas de lograrlo. A continuación encontrará algunas preguntas y consejos sencillos que le ayudarán a cambiar los malos hábitos familiares y a establecer hábitos nuevos y mejores.

—Reconozca el hábito

Reúna a toda la familia y conversen acerca de los hábitos familiares que les gustaría modificar. ¿Mala alimentación? ¿Demasiada televisión? ¿Siempre llegan tarde? Comience con algo pequeño y sencillo. Si todos participan de la conversación, será más fácil que todos lleguen a una solución de común acuerdo.

—¿Cuál será la recompensa?

La gente mantiene los hábitos, porque generan alguna recompensa. Esta recompensa ayuda a que el cerebro automatice el comportamiento y, antes de que se dé cuenta, lo convierte en un hábito. Pero probablemente la recompensa no sea tan evidente. Es probable que tenga que analizar diferentes recompensas hasta que descubra la que corresponde al mal hábito. Por ejemplo, probablemente descubra que la recompensa por mirar televisión después de cenar sea pasar más tiempo en familia.

—Entonces, ¿qué hay que hacer?

Una vez que identifique el hábito y su recompensa, podrá proponer un plan familiar para establecer un nuevo hábito que conlleve nuevas y mejores recompensas para todos.

Ideas para nuevas rutinas

A continuación verá algunos hábitos familiares comunes que podrían mejorarse, y algunos consejos sencillos para un cambio positivo.

Hábitos televisivos

Tras un día intenso, el sillón es como un imán que lo atrae a sentarse a mirar televisión, incluso cuando sabe que podría, o debería, estar haciendo otras cosas. Pero no tiene que encasillarse en este comportamiento. Convérselo en familia y trate de descubrir cuál es su recompensa al mirar televisión. ¿Acaso es pasar tiempo juntos? ¿Relajarse? ¿O disfrutar de una buena historia? Una vez que identifique la recompensa, busque otras formas de obtenerla.

—Pasar tiempo en familia

Propongan todos otras actividades familiares: una noche de juegos en familia, fútbol en el jardín, proyectos de arte y manualidades, o pasar tiempo en el parque.

—Relajarse

Proponga otras actividades relajantes como escuchar música o incluso simplemente conversar.

—La hora de los cuentos

Si todos disfrutan de sus programas de televisión preferidos, sería una buena idea pensar en historias nuevas. Reserve tiempo individual de lectura o haga que todos lean en turnos en voz alta su libro preferido. La lectura en familia es una actividad muy divertida, y los niños más pequeños probablemente disfruten de la representación de sus escenas favoritas.

Hábitos alimenticios

Los cronogramas complicados suelen derivar en cenas rápidas o bocadillos de comida chatarra. A pesar de que cuando uno está ocupado, las comidas rápidas parecen ser una recompensa, en realidad hacen que gastemos más dinero y que consumamos calorías de más. Las ideas a continuación también le ofrecen comidas rápidas, pero con una recompensa mucho más saludable.

—Planee las comidas y los bocadillos según su calendario semanal. Cuando sepa que determinada noche será complicada, puede adelantarse y preparar la comida de antemano, así como los bocadillos que llevará.

—Tenga opciones saludables. Las manzanas son una comida rápida ideal, lleve una consigo en el bolso o deje una en el auto. Prepare porciones individuales de frutos secos o frutas deshidratadas y guárdelas en recipientes adecuados para bocadillos para poder tomar uno y partir.

—Si no tiene opción y debe recurrir a la comida rápida, haga elecciones inteligentes. Elija pollo a la parrilla en lugar de empanado o frito, ensalada en lugar de hamburguesa, y rebanadas de manzana, en lugar de papas fritas.

Recuerde: mientras que algunos hábitos y rutinas pueden ser de utilidad, es recomendable repensarlos cada tanto para que, con algunos cambios pequeños, su familia esté mejor.

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