Los tatuajes temporales no siempre son inocuos. La henna adulterada que emplean algunos tatuadores en playas, piscinas y en diversos lugares de interés turístico pueden provocar importantes reacciones alérgicas.

La henna se utiliza como tinte natural desde hace cientos de años, sobre todo en las culturas hindú e islámica. Se obtiene al mezclar el polvo de la planta Lawsonia Inermis con agua. El procedimiento consiste en dejar actuar esta pasta sobre la piel entre una y cuatro horas para que se fije el dibujo y después retirar la costra seca.

“La henna natural es bastante segura”, afirma Leopoldo Borrego, profesor titular de Dermatología de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

El problema es que los usuarios no quieren esperar el tiempo necesario para que el tinte se seque, por lo que los tatuadores adulteran ilegalmente la henna con parafenilendiamina, explica el especialista.

Se trata de una sustancia de uso industrial que se emplea con unas concentraciones muy bajas en los tintes para el pelo. No obstante, “la parafenilendiamina puede producir reacciones alérgicas graves cuando se aplica de forma incorrecta”, destaca.

Sus síntomas pueden aparecer incluso varias semanas después del contacto con la henna adulterada. Suelen manifestarse con “picor, enrojecimiento, manchas, ampollas, decoloración permanente de la piel o cicatrices en la zona en la que se aplicó el tatuaje”, señala la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

“A algunos enfermos se les ha tenido que hospitalizar y ha habido casos de ingreso en una unidad de cuidados intensivos”, apunta el doctor Borrego.

Además, la AEMPS precisa que las personas pueden quedar sensibilizadas a esta sustancia de manera permanente. Así, en caso de que se produzca una exposición posterior desarrollarán “un cuadro de dermatitis alérgica por contacto”.

Borrego expone que los pacientes que se hayan hecho alérgicos “no podrán teñirse el pelo con los tintes habituales del mercado, ser peluqueros ni trabajar en determinadas industrias”.

Aprender a reconocer la henna adulterada es fundamental para evitar tan desagradables consecuencias. En primer lugar, esta sustancia se seca en unos diez minutos, mientras que la henna natural necesita varias horas.

“La henna no es negra”, advierte la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. De hecho, la pasta de Henna natural tiene un color marrón verdoso y el tatuaje será de un tono rojo castaño. “Si el color de esta pasta es más oscuro, lo más probable es que se le hayan añadido colorantes y debería evitarse”, aconseja este organismo.

“Algunas de las sustancias que los tatuadores temporales ofrecen como henna ni siquiera contienen la planta”, resalta el doctor Borrego. Asimismo, el experto hace hincapié en que desconocemos la concentración de parafenilendiamina que lleva la henna negra que utilizan estos tatuadores y manifiesta que está prohibido emplearla en la piel lampiña.

De igual modo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos sanitarios desaconseja la realización de tatuajes temporales de color negro que utilicen como base la henna.

EFE

Ellatinoonline.com

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