El cambio de estación no significa que deba abandonar su rutina de ejercicios. Usted puede estar en forma, independientemente de la temperatura externa.
No olvide entrar en calor: con el frío, sus músculos están más tensos, lo cual facilita los tirones y desgarros musculares. Dedique un poco más de tiempo a calentar su cuerpo y, de esa manera, evitará lesiones.
Mantenga la hidratación: si está fresco afuera, beberá menos agua; sin embargo, cuando hace ejercicio, transpira y pierde fluidos y electrolitos. Asegúrese de beber suficiente cantidad de agua antes y durante su rutina de ejercicios para evitar deshidratarse.
Vístase en capas: hacer ejercicio genera calor corporal y transpiración y cuando la transpiración se seca en el clima frío, puede sentirse helado. Vístase en capas que pueda quitarse cuando comience a transpirar. Comience con una capa delgada de material sintético que quite la transpiración del cuerpo. Luego agregue una capa de vellón o lana y, por encima, una prenda con tela impermeable y de trama abierta.
Proteja sus extremidades: cuando afuera hace frío, el cuerpo tiende a concentrar el flujo sanguíneo en la parte central. Esto podría dejar sus manos, pies y orejas susceptibles a quemaduras por congelación. Use guantes, medias cálidas y gorro.
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