Ir desde la oficina a un cóctel exige un cambio de estilismo a media tarde. Pero hay días que es una misión imposible y la única solución pasa por actualizar el maquillaje y subirle de tono.
Hay días que la agenda está al rojo vivo. Desde primera hora de la mañana hasta la noche los quehaceres y los eventos se suceden sin tiempo para pasar por casa y cambiar de “look”. La solución está en saberse organizar y planificar el día con tiempo.
Es importante elegir un modelo sobrio. Por ejemplo un vestido negro o unos pantalones pitillos negro, una blusa romántica y una americana “prendas que si se realzan con botines de tacón, ‘stilettos’ y complementos dorados, resultan ideales tanto de día como de noche”, explica la estilista Pepa Fernández.
Después, escoge un bolso de día XXL y mete en él todo lo que va a necesitar a lo largo del día. “Una camiseta de tirantes, unos pantaloncintos cortos y unas zapatillas deportivas, el “kit” de cabello y de maquillaje, un perfume, una cartera de mano, los tacones y los complementos dorados”, recuerda la estilista.
Si te gusta ir al trabajo maquillada, no renuncies a ello. Apuesta por colores naturales, luminosos y favorecedores, tonos que te permitirán estar todo el día con un rostro radiante. “No renuncies a salir de casa maquillada por temor a que el maquillaje se cuartee o acabe perdiendo intensidad. Una ligera base de fondo con color, un rubor en las mejillas, máscara de pestañas y brillo en los labios, será suficiente para realzar la belleza”, dice el maquillador oficial de Max Factor, Lewis Amarante.
Del gimnasio al coctel Una vez terminada la jornada laboral, es el momento
de quemar calorías y de eliminar el estrés en el gimnasio. “Para evitar que el sudor deteriore la melena y haya que lavarla a toda prisa, recomiendo recoger el cabello en una coleta alta”, dice Pepa Fernández.
Tras la hora de entrenamiento y una rápida ducha, la melena estará perfecta, a falta solo de unos toques de cepillo o de plancha. A continuación, se aplicará la leche hidratante y mientras se absorbe, desplegaremos el “kit” de maquillaje, operación que nos llevará algo de tiempo para estar radiante.
Con la caída del sol, el maquillaje sube de tono. Para restaurar, corregir y dar un extra al maquillaje de la mañana, Lewis Amarante propone apostar por colores con energía. “Los tonos que hoy arrasan
son los naranjas, turquesas, melocotones, malvas y dorados, además de los temporales como los grises y los tierra”, dice el profesional.
Estos colores se adaptan a cualquier tipo de rostro, el resultado dependerá de su modo de aplicación y del producto que se elija para la piel. Antes de trabajar el maquillaje de noche se debe retirar con un pañuelo los restos de la mañana y borrar los signos de fatiga y cansancio.
Generalmente, el cansancio se nota en la postura y en la actitud, pero sobre todo en el rostro. “Un rostro cansado y maquillado de más se exhibe más cansado aún”, explica Lewis Amarante, quien apuesta por elevar el color de manera sutil.
Una vez que la piel esté limpia, se debe aplicar la base de maquillaje con mimo hasta que penetre bien en la piel. Es mejor escoger una libre de aceite para no sobrecargar la piel con demasiados productos. A continuación, es el momento del corrector de ojeras y de los iluminadores, “encargados de proyectar luz y luminosidad a la tez”, puntualiza el maquillador oficial de Maybelline NY.