SACRAMENTO.- A un año de que entre en vigor la ley oficialmente llamada: : Patient Protection and Affordable Care Act (PPACA) o coloquialmente: ‘Obamacare’, aún persisten muchas dudas entre las autoridades de salud sobre la forma en que se aplicará en la práctica.

De acuerdo con fuentes allegadas al sector salud del estado de California, una de las principales dudas es cómo va a impactar su puesta en operación los bolsillos de las familias contribuyentes, que son quienes finalmente pagan los servicios de salud en el estado.

Aprobada por los legisladores el 23 de marzo del 2010 luego de una intensa –y por momentos ríspida- campaña impulsada por el presidente Barack Obama, aún ahora la ley sigue siendo tema de debate, pese a que en el verano del año pasado la Suprema Corte de la Nación la encontró como constitucional, por un cerrado margen de 5 votos a 4.

Sobre ello Nancy Clara, articulista para el medio especializado Doral Family Journal e intitulado: ¿Qué se esconde detrás del Obamacare? llama a esta ley “el impuesto sanitario, que obliga a todos los ciudadanos estadounidenses a adquirir un seguro médico, a partir del (1 de enero) de 2014”.

“Si bien era necesaria esta reforma en el sistema sanitario estadounidense, la reforma presentada y aprobada en marzo del 2010 contiene más de mil páginas, que no fueron lo suficientemente bien revisadas para que este gran cambio cumpla con las necesidades de todos los ciudadanos”, consideró la experta en asuntos de salud.

Recuerda en este sentido Clara que actualmente se estima que más de 32 millones de personas residentes en Estados Unidos no cuentan con seguro médico, y la nueva ley pretendería que a partir del año entrante se diera una extensión de los servicios de salud, al tiempo de obligar a las empresas a pagar un seguro médico a cada uno de sus empleados.

La experta agrega que la legislación también considera establecer una regulación más exhaustiva de los seguros médicos con el fin de evitar prácticas irregulares en la asignación de pólizas de seguros. Ello significa, afirmó, que cualquier persona que padezca de condiciones preexistentes (que no es fácilmente compensado por las primas de seguro habituales), pero en este caso por la reforma. Toda persona que tenga enfermedades preexistentes no podrá ser rechazada por las compañías aseguradoras, uno de los temas que ocupa el actual debate sobre la ley.

Nancy Clara precisa que no obstante a que una de las premisas básicas de la reforma de salud es garantizar un plan médico universal, no se tomó en cuenta los elevados costos de las pólizas, lo que haría difícil, según ella, contar con una medicina preventiva de calidad.

Y concluye que un reporte de la compañía especializada Kaiser Family Foundation muestra que quienes adquirieron un seguro médico individual entre el 2004 y 2007, comparado con quienes tenían un seguro médico por parte del empleador, terminaron pagando 52% del costo de su propio ingreso.

Por su lado, el gobierno federal en su publicidad de las ventajas –que según él- traerá la nueva ley se destacan: cobertura a niños en condiciones preexistentes; eliminación de límites de cobertura; que los jóvenes puedan permanecer –hasta los 26 años de edad- en la póliza de sus padres; servicios médicos preventivos y nuevos beneficios de medicare.

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