Hace casi un mes, el 12 de diciembre, Día de Nuestra Señora de Guadalupe, la Virgen de los Inmigrantes, tuve la oportunidad de dialogar separadamente con dos personajes que seguramente harán historia en 2013.

Se anticipa que el dúo dos será protagonista del milagro que esperan 12 millones de indocumentados hispanos y la mayor parte de la comunidad latina.

Ambos son los impulsores de la reforma migratoria integral en sus respectivos partidos, Luis Gutiérrez, el congresista demócrata de Illinois, y Carlos Gutiérrez, ex-secretario federal de Comercio, de filiación republicana.

El advenimiento del posible milagro de la legalización de los indocumentados operó en noviembre con la votación de 12 millones y medio de latinos, que transformaron la visión que se tenía en el país del poder político de los hispanos.

En 2001, Luis, el congresista fue el primer legislador de la Cámara Baja que respaldó el Dream Act, el proyecto de ley para arreglar la situación migratoria de los estudiantes indocumentados, que había sido propuesta en el Senado por el demócrata Dick Durbin y el republicano Orrin Hatch.

Desde entonces, Luis, de origen puertorriqueño, se convirtió en el paladín de los inmigrantes y de su legalización en el Capitolio, una convicción que lo ha llevado hasta ser arrestado en las propias puertas de la Casa Blanca.

Por su lado, Carlos, el ex-secretario de Comercio, hizo parte del gabinete del presidente George W. Bush. Entre 2006 y 2007 fue un ‘’embajador’’ del ex-mandatario en el Capitolio para lograr la reforma migratoria, que desafortunadamente murió en el Senado, el 28 de junio de 2007.

Todos recuerdan al ex-secretario como el principal escudero del ex-presidente Bush para la legalización de los indocumentados y su fogosidad reciente en pro de la reforma migratoria, se dio tras la fallida aspiración a la presidencia del ex-candidato republicano Mitt Romney.

Pese a haber asesorado al ex-gobernador de Massachusetts, en algunos aspectos de su campaña Juntos con Romney, el ex-secretario, quedó convencido que el talón de Aquiles del ex-candidato republicano había sido su posición intolerante sobre inmigración y el lenguaje contra los indocumentados durante las primarias de su partido. Para él, el tono hostil anti-inmigrante alienó el voto hispano, incluso el de los conservadores latinos.

Tras la derrota, el ex-secretario constituyó el Súper Comité de Acción Política: Republicanos por la Reforma Migratoria, que respaldará a los políticos que favorezcan la legalización de los indocumentados y un cambio integral en las leyes migratorias del país.

El congresista Gutiérrez calcula que cuenta con 175 votos demócratas de los 218 que se requieren para aprobar la reforma en la Cámara de Representantes. Así, que está buscando entre 45 y 50 congresistas republicanos que voten por la reforma integral.

Esa tarea no es sencilla y se requiere la colaboración de todos, ejerciendo presión.

Quienes hasta ahora, han sido exitosos en perseguir sus sueños y lograrlos han sido los soñadores que forzaron al gobierno, tras la toma de sedes de campaña demócratas, que les otorgaran la acción diferida, que suspendió sus deportaciones. Los muchachos han sido unos maestros en el manejo de las redes sociales y en las campañas masivas de envío de mensajes para impedir expulsiones y proteger a sus pares y a padres de familia.

Se tiene que seguir su ejemplo y actuar con premura cuando se requiera efectuar el cabildeo virtual, con mensajes de texto o correos electrónicos. Las organizaciones pro inmigrantes ya se han estado preparando para desarrollar el cabildeo general, que culmine con la aprobación de la reforma. Pastores evangélicos han pedido que el proyecto se presente en los 92 días tras la posesión de Obama.

Ojalá el propósito se cumpla con el concurso de la fórmula Gutiérrez & Gutiérrez por la reforma migratoria en 2013.

Rafael Prieto Zartha

Director editorial del semanario Qué Pasa-Mi Gente, en

Charlotte, Carolina del Norte.

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