La joyería contemporánea está empeñada en desafiar la máxima de que los diamantes son las mejores amigos de la mujer. Madera, hilos de colores, plástico, latón, cobre, abalorios o resinas se codean en el mundo de la joyería contemporánea con oro, plata, diamantes y otras piedras preciosas, y se cuelan poco a poco en las salas de los museos.
Con una influencia más cercana del mundo del arte contemporáneo que de la tradición artesana, la nueva joyería se dirige al gran público, a través de nuevos materiales, y también a las salas de los museos, a través de la joya-obra de arte. El mundo de la conservadora tradición joyera abre las puertas poco a poco a las nuevas tendencias y a nuevos joyeros empeñados en hacer piezas de autor, a medio camino entre el arte y la tradición.
Nuevos tiempos, nuevos materiales
Española pero de prestigio internacional, Helena Rohner saltó a la fama tras incluir en sus colecciones materiales como la madera o la porcelana, dos elementos ahora comunes, pero antes poco utilizados en joyería.
En su próxima colección (primavera/verano 2013) ha introducido el abalorio, una pieza que siempre había querido incorporar por su conexión con la estética “hippie” y que incorpora a pulseras, pendientes o anillos en plata y latón, a través del trenzado.
“Me gusta cuestionar la visión del latón como un metal pobre. Si lo tratas como un metal valioso, se convierte en un metal valioso, incluso se parece mucho al oro”, señala la joyera.
En un momento en que “todo está inventado” y más allá de los materiales utilizados, Rohner cree que lo fundamental en joyería es “sorprender” con el diseño de cada pieza. Como en cualquier otra área del diseño, el mercado de la alta joyería y la bisutería se influencian y “contaminan” mutuamente; así, “Cartier hace joyas con porcelana, y los bisuteros con metales nobles”, apunta.
La madera es el material fetiche de esta joyera, un elemento que ha utilizado en casi todas sus colecciones desde que hace una década decidiera dedicarse al diseño de joyas. En esta colección lo ha utilizado en incrustaciones de anillos materializados en sinuosas formas en espiral.
¿Es una joya o una pieza de arte?
La joya es, ante todo, un complemento centenario que se ha utilizado desde tiempos inmemoriales para definir la personalidad o el estatus social de la persona que lo lleva. Poco a poco, las joyas se han introducido en las salas de los museos de arte contemporáneo.
Un claro ejemplo es “De Picasso a Koons. El artista como joyero”, una muestra que tras exponerse en Nueva York, ahora puede verse en Valencia (España) y en breve pasará por Seúl y Miami. En ella se puede apreciar la afición a la joyería de artistas como Picasso o Lichtenstein, a través de unas obras cuyo valor creativo es comparable al de la pintura o la escultura.
Ejemplos de esta nueva tendencia son las piezas a medio camino entre el surrealismo y el futurismo del joyero Peter Chang, que trabaja coloridas formas a base de resina; la obra de Nel Linssen, que confecciona sus piezas geométricas en papel y metal; o el español Eric Majoral, que se inspira en formas naturales y en el mar para sus colecciones y piezas exclusivas.
La mayoría de estos autores están reconocidos como joyeros y artistas a partes iguales. Sus piezas forman parte de colecciones particulares como si de una obra de arte se tratara y son expuestas en galerías de arte.
La alta joyería se renueva
La fusión de técnicas, los nuevos materiales y las siluetas innovadoras también se están introduciendo lentamente en el sector de la alta joyería, habitualmente anclado en formas conservadoras y la utilización de metales y de piedras preciosas.
Uno de los mejores escaparates para apreciar este cambio es la Bienal de los Anticuarios de París, un espacio en el que conviven Cartier, Bulgari, Boucheron o Chanel y en el que en la pasada edición el artista y escultor Wallace Chan se convirtió en la sorpresa de la alta joyería por su mirada asiática y contemporánea.
Sus piezas están confeccionadas con multitud de piedras preciosas engarzadas en titanio, un metal que prefiere frente al oro, porque le permite hacer las piezas más ligeras y mostrar las gemas como si flotaran sobre el metal
Motivos naturales o insectos como la cigarra cobran vida en las manos de este artista/artesano chino, cuyo proceso de creación comienza del siguiente modo: “Cuando me llega una piedra, hablo con ella. Es necesario que esa piedra, su belleza, complemente, se integre en mi espíritu y en mi corazón”. Unas afirmaciones que demuestran que algo está cambiando hasta en el mundo de la tradicional alta joyería.
EFE
Ellatinoonline.com