En los tiempos en que la generación de mis padres comenzaba a planificar su vida en pareja, la mayoría de los matrimonios ansiaban trabajar duro por unas décadas, comprarse una casa, formar una familia y luego jubilarse juntos mientras todavía tenían el dinero y la energía suficiente para viajar y disfrutar de sus pasatiempos favoritos.
Algunas parejas todavía lo logran; pero muchas otras se encuentran con una serie de obstáculos que les impiden jubilarse juntos. Por ejemplo:
Gracias a los períodos de desempleo, la disminución del valor de las casas o las pérdidas de las cuentas 401(k) sufridos durante la Gran Recesión, muchas parejas simplemente no tienen el dinero suficiente para jubilarse juntos cómodamente.
Si la diferencia de edad es importante, tal vez uno de los dos no haya acumulado los suficientes créditos del Seguro Social como para acceder a los beneficios para cuando el otro esté listo para jubilarse.
A las mujeres les suele preocupar que la pareja no haya ahorrado lo suficiente ya que, estadísticamente, tienen más probabilidades de vivir más que sus esposos –a menudo por más de una década.
Uno de los cónyuges debe continuar trabajando para tener la cobertura médica de su empleador hasta que ambos lleguen a la edad en la que pueden acceder a Medicare (65 en la mayoría de los casos).
Uno de los cónyuges está en lo mejor de su carrera profesional y no está listo para bajar el ritmo.
Entre las parejas que han podido ahorrar el dinero suficiente para jubilarse juntos, cuando llega el momento, muchas se dan cuenta de que no se han puesto de acuerdo totalmente sobre dónde o cómo jubilarse; o descubren que sus deseos se han desvanecido con el paso de los años. Esto puede ser extenuante para un matrimonio si no se está dispuesto a hacer concesiones y hablar de esos temas.
Mucho antes de que llegue el momento de jubilarse,
pregúntese:
¿Deberíamos mudarnos a una casa más pequeña o incluso a una comunidad para jubilados?
¿Vender la casa, comprar una casa rodante y vivir como nómadas por unos años?
¿Mudarnos a un clima más cálido o más cerca de nuestros nietos?
¿Mudarnos a un estado con impuestos o costo de vida más bajos?
¿Emprender un negocio paralelo para que siga ingresando dinero?
¿Tendremos que apoyar financieramente a nuestros hijos y no nos quedará dinero?
Incluso antes de hacerse estas preguntas, ya debería haber comenzado a calcular sus necesidades de ingresos jubilatorios. La Seguridad Social tiene un Calculador de Jubilación en línea muy útil que puede ayudarlo (www.ssa.gov/estimator). Después de analizar varios escenarios de jubilación, considere contratar a un planificador financiero para que lo ayude a delinear un plan de inversión y ahorro o, al menos, para revisar el que ya ha planificado.
Además del impacto financiero que tendrá la jubilación en su matrimonio, tenga en cuenta que ésta podría ser la primera vez en que usted y su pareja estén juntos todo el día, todos los días. Muchas personas están tan absortas por sus trabajos que no se han tomado el tiempo de desarrollar intereses y pasatiempos externos. Mucho antes de jubilarse, usted y su cónyuge deberían comenzar a buscar actividades comunes y hacerse amigos con quienes disfrutar, tanto juntos como individualmente. Considere realizar, por ejemplo, trabajos voluntarios, pasatiempos, actividades deportivas, o incluso tener un empleo de media jornada si extraña la interacción laboral y necesita el dinero.
Y, por último, si planea que uno de los dos continúe trabajando por un tiempo, intente vivir solo de ese único sueldo por unos meses antes de jubilarse, como un experimento. Esto le dará una idea de cómo se manejarán financieramente y si necesitarían seguir trabajando para juntar más ahorros.
Jason Alderman dirige los programas de educación financiera de Visa. Para seguir a Jason Alderman en Twitter: www.twitter.com/PracticalMoney.
Por Jason Alderman
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