Agua del grifo, canela, ajos, vainilla… Son algunas de las sustancias o productos con los que convivimos habitualmente ignorando que, para algunas personas, sus componentes pueden causar reacciones inmunológicas.

Cuando alguien escucha la palabra ¡alergia!, inmediatamente piensa en el polen de las plantas, los caros del polvo, el pelo de los animales, algunos medicamentos o determinados alimentos, entre otros alérgenos más o menos conocidos.

Pero, de acuerdo a las ˙últimas evidencias científicas, además de estos habituales causantes de estornudos, lagrimeos, picores, irritaciones y problemas respiratorios, hay otros agentes menos conocidos pero igualmente capaces de desencadenar reacciones orgánicas muy desagradables y en ocasiones severas.

Las alergias a la canela, el ajo, la pimienta negra, la vainilla y otras especias afectan al tres por ciento de la población y pueden restringir severamente sus actividades cotidianas, según el doctor Sami Bahna, del Colegio Americano de Alergias, Asma e Inmunología (ACAAI, por sus siglas en inglés) en EE.UU. .

En su trabajo, Bahna ha señalado que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de desarrollar una alergia a las especias, porque estos ingredientes no sólo están presentes en las comidas, sino que además se utilizan habitualmente en los cosméticos, mientras que el maquillaje, los aceites corporales, la pasta dental y los perfumes pueden incluir una o más especias.

Según el alergólogo de la ACAAI, estos productos generan el dos por ciento de las alergias alimentarias, pero son poco diagnosticadas porque no hay pruebas cutáneas o sanguíneas definitivas para detectarlas. ¡Cuanto más picante es una especia, mayor es el riesgo de que sea alérgicas!, Ha explicadO,

“Los pacientes, a menudo, deben tomar medidas extremas para evitar el alérgeno, lo cual puede conducir a que lleven una estricta evitación dietética, una calidad de vida baja y, en algunos casos, sufran cierta desnutrición”, según Bahna.

Agrega que el tratamiento de estas alergias es muy complejo porque algunas mezclas contienen de 3 a 18 especias, mientras que hervirlas, tostarlas, freírlas o aplicarles otras formas de calor puede reducir los agentes alérgenos en algunos casos y aumentarlos en otros, dependiendo de la especia.

Alergia al ejercicio

No obstante, en la comunidad médica se discute sobre si esta condición existe y cuales serían sus causas, porque se han elaborado pocos informes científicos y, es curioso, que el fluido seminal sólo provoque una redacción inmunológica al eyacular y no cause malestar mientras está almacenado en los testículos.

Respecto de las reacciones alérgicas alimentarias estimuladas por la actividad física, la doctora Montserrat Fernández Rivas, de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha explicado que debe haber una sensibilidad o predisposición previa al alimento para que se produzca la explosión alérgica tras la práctica de una actividad física, como puede ser bailar.

“Estas reacciones -cuyo mecanismo exacto no es conocido- no son muy frecuentes y se producen cuando el paciente hace ejercicios en las tres o cuatro horas posteriores a la ingestión de alimento. Las reacciones más características suelen ser urticaria, dificultad respiratoria e incluso hipotensión”, ha señalado esta alergóloga.

Por otro lado algo tan habitual como el agua del grifo pueden tener parte de la culpa en el aumento de las alergias a los alimentos, debido a los productos químicos que contiene este líquido, según un nuevo estudio realizado en Estados Unidos.

Los investigadores del ACAAI estadounidense han detectado que los altos niveles de diclorofenoles, una sustancia química que se encuentra habitualmente en los pesticidas utilizados por los agricultores, que también se emplea para clorar el agua, están asociados con alergias alimentarias.

“Los niveles elevados de diclorofenol que contienen los pesticidas, posiblemente pueden debilitar la tolerancia alimentaria en algunas personas, causando alergia a algunos alimentos”, ha señalado la alergóloga Elina Jerschow, miembro del ACAAI, profesora de Medicina de la Universidad Yeshiva, de Nueva York (EE.UU.) y autora principal de la investigación.

Pero no acaba aquí la posibilidad de alergias menos comunes: los teléfonos móviles, las plantas ornamentales exóticas, los vinos, los germicidas de los conservantes, la carne de res, la henna, el oro, e incluso el sudor, son algunos productos o elementos, que pueden desencadenar reacciones en algunas personas sensibles.

EFE

Ellatinoonline.com

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