Aunque la época estival invita al relax y también a los excesos, también es un buen período para mimarse, darse masajes y corregir y modificar hábitos poco saludables.

Lo más importarte es no dejarse la piel en la playa y retornar a la rutina con unos cuantos kilos de más. El doctor Junco, experto en Medicina Estética, y la doctora Adriana Ribé desvelan las bases para preservar y mejorar la belleza y la salud.

Es fundamental utilizar siempre factor de protector solar. “Recuerde aplicarlo treinta minutos antes de la exposición solar y renovarlo cada dos horas. Evite exponerse en horas de máxima irradiación solar, entre las 12.00 y las 16.00 horas”, recomienda Junco.

Es importante tomar el sol de forma progresiva y utilizar siempre sombreros, gorras y gafas de sol para protegerse de los rayos ultravioletas. “Se debe mantener una buena relación con astro solar, pero lo más importante es tener sentido común, aprovechar sus beneficios y evitar sus perjuicios”, dice la dermatóloga Ribé.

Entre sus bondades se encuentran la síntesis de vitamina D, su acción antidepresiva y la sensación de calor y bienestar que otorga. Las quemaduras, las manchas, el cáncer de piel y el foto envejecimiento son algunos de sus perjuicios, siempre que no se tomen las medidas y precauciones oportunas.

Tras la exposición solar, es obligatorio hidratar y reparar la dermis con fórmulas refrescantes y calmantes.

Además, exfoliar la piel mientras nos duchamos una vez a la semana, para eliminar las células muertas de la piel y conseguir que al broncearnos sea sobre una piel sana. Esto ayudará a mantener el bronceado durante más tiempo.

Con el calor el cuerpo aumenta su transpiración con la finalidad de mantener la temperatura corporal lo más estable posible y, con este mecanismo se elimina mucha cantidad de agua. “La hidratación es importante a lo largo del día. Lo ideal es tomar unos dos litros de agua diarios”, detalla el doctor Junco.

DIETA SALUDABLE

Durante la época estival se suele comer de manera más caprichosa, sin tener en cuenta una dieta saludable. Helados, aperitivos y desajustes en los horarios conducen al aumento de peso y a las malas digestiones.

“Las comidas copiosas no son aconsejables en verano, su digestión es más lenta”, explica Junco, quien aconseja “diversificar las diferentes tomas del día con frutas y verduras para conseguir una digestión más ligera”.

Digestión, sí o no?. Según el doctor Junco, hay que mantener un tiempo prudencial desde la ˙última toma de comida hasta la incorporación al baño.

Se deben evitar los cambios de temperatura durante la digestión, sobre todo después de una comida abundante. Y, tras la espera, procurar no entrar directamente al agua, sino mediante una incorporación lenta y progresiva.

Por último, trate de evitar los lugares calurosos y excesivamente húmedos, y sobre todo, los cambios bruscos de temperatura. “No debe salir de un local climatizado para exponerte directamente al sol”, concluye el doctor Junco.

EFE

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