La Ciudad de Escondido tiene un pasado marcado con rachas de racismo e intolerancia con los latinos, que están al borde de constituir la mayoría de residentes en esa ciudad.
Recordemos el 2006 cuando quisieron aprobar una ley para prohibir que se les alquilara una vivienda a los indocumentados en esa ciudad.
Luego siguieron los retenes en colaboración con ICE (migra) y otros rechazos a la gente mas vulnerable.
El 22 de julio del presente, se observaron los comisionados de planificación en Escondido ejerciendo en plena junta publica, los mismos desaires contra migrantes que han llevado a una bonita ciudad a ser reconocida como un lugar intolerable.
Se trató de que un sitio adecuado fue identificado para servir de albergue temporal para niños indocumentados que han llegado solos a este país.
Muchos de ellos han escapado de la violencia y amenazas en Honduras, el país numero uno en masacres a nivel mundial, de acuerdo al Doctor Ev Mead, Director del Instituto TransBorder en la Universidad de San Diego. Nos
dice que otros vienen de El Salvador y Guatemala, países que se distinguen por altos niveles de pobreza y amenazas contra su gente indígena. Se sabe de actos de intimidación muy fuertes, razones suficientes para tocarnos el corazón y tener consideración de los que se refugian a este país.
La Ciudad de Escondido pudo haber permitido que se usara el antiguo centro de rehabilitación del Sistema de Salud, Palomar Health para un albergue. También pudieron haber permitido que un antiguo hotel en el
centro de la cuidad de Escondido se usara para amparar a los niños.
Pero en vez de entender la tremenda necesidad, los miembros de ese comité planificador, cerraron la puerta de la ciudad y también cerraron sus corazones a los pobres niños.
Es alarmante ver que un comité de uso de suelo de una ciudad moderna como Escondido no tenga nada de diversidad en su complejo. Cuando hable frente a ellos para pedirles que volvieran a reconsiderar ese
rechazo tan fuerte así a los niños refugiados, entendí por que no lograban ser mas humanos en entender que el albergue propuesto era para ayudar niños.
Culpo a la Ciudad de Escondido por no tener mayor diversidad en los comités y comisiones que llevan el importante trabajo de determinar importantes temas como el uso de suelo de una propiedad para uso humanitario.
El comité de Escondido para uso de suelo, no cuenta con ni una sola mujer, no cuenta con ni una persona a joven, no cuenta con ni un solo africano-americano, ni latino, ni tampoco asiático.
El comité de planificación de esa ciudad es un anticuado bufete de hombres mayores, blancos. Qué pena que en la toma de decisiones importantes en esa ciudad tan diversa, tengamos que depender de un
grupo de inconsiderados sin diversos puntos de vista.
La monotonía del sexo y otros característicos fenotípicos de quienes tomaron la decisión para negar el albergue para los niños es una mancha sobre toda nuestra región. Así mismo recordaremos la falta de trabajo de los policías en Murrieta que no quitaron a los racistas del camino para que pasaran los autobuses.
El trabajo hay que hacerse bien. En mi opinión no se puede llevar acabo el trabajo necesario de representarnos bien si los que están tomando las decisiones no nos entienden. La diversidad es importante no solo en el lugar de trabajo, o en las instituciones de aprendizaje, pero si, como hemos visto, tambien en los comités públicos y consejos que toman decisiones.