SAN DIEGO.- El matrimonio formado por los ex agentes de policía de San Diego, Bryce y Jennifer Carpentier, de 32 y 42 años de edad, respectivamente, fueron sentenciados a tres años de prisión por venta de narcóticos y posesión de arma de fuego.
La pareja se declaró culpable en noviembre de conspiración para cometer un robo y de posesión o venta de una sustancia controlada.
Los Charpentiers admitieron, asimismo, haberse enviado mensajes de texto entre sí con el fin de ponerse de acuerdo en el robo de medicamentos recetados de personas con las que tuvieron contacto mientras se encontraban en servicio como policías.
Los acusados también aceptaron el robo y la venta de la droga llamada hidrocodona.
Se disculpó de su mala conducta
Bryce Charpentier se disculpó con el Departamento de Policía de San Diego y de la comunidad por sus acciones, diciendo que él se convirtió en adicto a los analgésicos debido a trastorno de estrés post-traumático, junto con el disco, la cadera y el dolor de columna.
El abogado defensor de ambos, Mateo Speredelozzi, aseguró que Jennifer Charpentier se convirtió en adicta después de lesionarse gravemente el tobillo en el trabajo.
“Este caso le ha sacudido hasta la médula”, expresó Speredelozzi respecto a su cliente.
Jennifer Charpentier, por su parte, afirmó que estaba “terriblemente avergonzada” y “enfermo” por lo ocurrido.
Tanto Speredelozzi y el abogado de Bryce Charpentier, Kate Braner, argumentaron sin éxito por los acusados a ser puestos en libertad condicional.
“Eran lobos con piel de oveja”, afirmó la Juez
El vicefiscal de distrito Mateo Tag, se pronunció a favor de una pena de prisión de siete años para Jennifer Charpentier y seis años de prisión por su marido, argumentando que los acusados robaron a los enfermos con el fin de drogarse, lo cual es doblemente reprobable al tratarse de policías, responsables de combatir la delincuencia..
“Estos dos han traicionado la insignia”, dijo Juez Lewis
“Eran lobos con piel de oveja”, expresó por su parte la Juez de la Corte Superior Kathleen Lewis llamó el caso “muy triste”.
Lewis dijo que el caso era más grave que la transacción promedio de droga de la calle, destacado por el hecho de que los Charpentiers eran agentes de policía. “Los acusados son víctimas de sus propias adicciones”, agregó la Juez.
No obstante, como un argumento a favor de los los Charpentiers dijo que eran buenos oficiales y que desde su detención han hecho esfuerzos para rehabilitarse.
Mancha tras mancha
Conviene recordar que Shelley Zimmerman, la primera jefa del Departamento de Policía de San Diego, no cumplía aún la primera semana de su nombramiento cuando ya tuvo que salir a aceptar que el ex agente Gilbert Anthony Lorenzo, deshonró el uniforme de esa corporación por conducta relacionada con violencia doméstica.
Con anterioridad, el escándalo que propicio el ex agente Anthony Arévalo, acusado de abuso de su poder para forzar a mujeres a que tuvieran relaciones sexuales con él, fue el principio de una larga mancha para la imagen de la corporación local.
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