Se trata del Space Star, un utilitario con el que la marca japonesa quiere convencer a los compradores a través de una ventajosa y competitiva relación calidad/precio.
El Space Star no es el sustituto del desaparecido Colt, ni del monovolumen compacto que con ese nombre comercial apareció en el año 1998, simplemente es la vuelta de Mitsubishi al disputado segmento de los vehículos concebidos para la ciudad, a los que también se les pide que puedan salir a la carretera con unas mínimas exigencias dinámicas.
Las medidas que ha elegido el fabricante japonés para su vehículo más pequeño son 3,71 metros para la cota de longitud, 1,66 metros para la de anchura y 1,50 para la de altura.
Con estas medidas puede competir con coches claramente urbanos de tres puertas como el Fiat 500 (3,54 metros de longitud) o Ford Ka (3,62 metros) o saltar de segmento y ponérselo difícil a hermanos mayores como el Nissan Micra (3,82 metros) Ford Fiesta (3,96 metros) o Mazda 2 (3,92 metros).
Consciente de este doble juego Mitsubishi ha apostado por dotar de un equipamiento mayor a su modelo urbano y ofrecerlo a un precio ajustado y consecuentemente interesante.
El modelo probado es el que lleva la motorización más potente, bajo la denominación 120 MPI. Se trata de un propulsor de 1.2 litros de tres cilindros, con una potencia de 80 CV y ligado a una caja de cinco velocidades.
La velocidad máxima que la marca ha homologado es de 180 kilómetros por hora y el paso de 0 a 100 km/h lo hace en 11,7 segundos, lo que revela que no se trata de un coche rápido.
Los desarrollos de la caja de cambios son largos, enfocados a reducir el consumo. Ello obliga, si no se rueda sobre llano, a bajar de marcha con frecuencia para que el coche ruede con más energía.
Mientras en ciudad el coche es ágil e, incluso, rápido, en carretera con inclinación o en subidas a puertos de montaña el recurso de reducir una relación es una constante.
Esto se acentúa aún más si en el coche viajan cinco ocupantes y se sale a autopista.
La suspensión es blanda y son apreciables las inclinaciones de la carrocería cuando se dibujan giros cerrados o curvas enlazadas.
A pesar de las inclinaciones de la carrocería las sensaciones de conducción son buenas y contrarrestan cualquier atisbo de inseguridad. El hecho es que el control de estabilidad apenas actúa, aunque se fuerce la dinámica del bastidor.
El motor es uno de los pilares más consistentes del coche. Aún siendo un propulsor de tres cilindros no es ruidoso. En acústica, el motor se desmarca de lo que es habitual en otras marcas, salvo algunos desarrollos de ˙última generación que han refinado este capítulo y el de las vibraciones.
El fabricante ha logrado en esta versión motriz un buen equilibrio entre las prestaciones del motor y las relaciones de cambio. Aunque sobre el papel, con los datos de la curva de par y potencia, habría que revolucionar el motor para obtener buenas respuestas, en realidad no es necesario tanto para lograr una buena dinámica de prestaciones.
Javier Millán
Ellatinoonline.com