Entre la oscuridad y el polvoriento amanecer, el joven Rafael Castellanos caminaba lejos de casa para subirse a un camión que duraría más de una hora para llegar a su destino. En esos tiempos su destino era una mina de oro en donde él y la mayoría de sus compañeros que había conocido en la secundaria trabajarían turnos de noche un mes y turnos de día al siguiente mes. Así en rotación, las minas operaban los 365 días del año- las 24 horas del día.

Alerto al peligro que pudiera ocasionarle la maquinaria y las herramientas en las minas, Rafael hizo lo que pudo para ahorrar dinero y salir del abismo que es una mina de oro.

Para cuando pudo recibirse de la preparatoria y lanzarse a su carrera universitaria, Rafael ya había perdido a tres de sus compañeros en accidentes fatales en las minas. Nos cuenta- “el clima en Nevada es muy variado y es muy peligroso el trabajo en las minas, especialmente en la noche cuando está oscuro.”

Añadió que ya cansados por los turnos tan pesados, realmente la muerte acecha a los mineros bajo esas condiciones de trabajo.

Trabajar muy duro era muy normal para Rafael. Sus padres trabajaban duro y deseaban el sueño Americano para su futuro, pero mientras, sabía que tenía que hacer lo posible para ayudar a su familia en tiempos muy difíciles.

Cuando cuenta la historia de su experiencia como obrero en Estados Unidos, siempre señala que sus padres fueron una pareja humilde. Su mama es Mexicana originaria del estado de Guanajuato y su padre – Michoacano.

Rafael había trabajado desde los 9 años repartiendo periódicos. Después trabajó a los 11 años como ayudante en un campo de golf limpiando los carritos y haciendo limpieza en general. Mas grande mientras estudiaba la secundaria laboraba en construcción y siempre con la intención de ahorrar para poder seguir sus estudios. En los tiempos de las minas, Rafael ya se había fortalecido en su meta de no seguir teniendo que trabajar en las minas por el resto de su vida.

Históricamente reconocida como la labor mas peligrosa, el sector minero suele sufrir accidentes mayores durante su turno, o de enfermedades muy serias en los pulmones por inhalación de gases y polvos de las máquinas o detonaciones. También los oídos de muchos mineros se dañan con el tiempo.

Para salir de ahí, habría que trabajar muy duro y ahorrar.

Rafael se recibe de la preparatoria y con el dinero que ahorró en las minas y en todos sus lugares de trabajo, se lanza a una carrera que lo llevaría lejos de las minas y los peligros que un día lo rodeaban.

Hace quince años se recibió de abogado y hoy labora ayudando a sus clientes. Específicamente, aconseja a negociantes y sus compañías.

Pero no solo es un abogado en San Diego, también es un servidor al publico en su distinguido puesto como Comisionado del Puerto de San Diego. Es un puesto de gobierno estatal que maneja lo relevante a la bahía de San Diego y sus alrededores- “todavía trabajo mucho pero gracias a mi educación pude obtener una licencia de abogado y mi trabajo se trata de resolver problemas”.

Su puesto tan importante en nuestra región y su trabajo como abogado pudieron haber absorbido el tiempo de Rafael- pero al contrario, siempre lo verán por nuestras comunidades y en los medios creando puentes de enlace entre nuestras comunidades y el puerto.

“No solo soy un abogado”. “Estoy a sus ordenes para servir a mi comunidad, por eso me lanzo para Fiscal de La Ciudad de San Diego en el 2016”

Rafael nos dice que la ciudad de San Diego necesita un Fiscal para la gente humilde y para todos los San Dieguinos. La oficina del Fiscal maneja la toma de importantes decisiones que afectan las vidas de nuestras familias trabajadoras y sus hijos. Para ellos, y para todos desea “ser el Fiscal de la Ciudad de San DIego para hacer cambios en la región que promuevan un mejor futuro especialmente para los jóvenes.”

Sus padres lo enseñaron a trabajar. Rafael Castellanos quisiera ver a mas jóvenes estudiando en las universidades. “Las familias unidas, aunque humildes, pueden sacar a sus hijos adelante.” Rafael les aconseja que se ayuden unos con otros, que los padres tengan a sus hijos cerca mientras estudian para que los estudiantes tengan un lugar seguro en donde estar. Orgullosamente trabajador, Rafael Castellanos demuestra ser el cacho de oro que un día salió de la profundidad de una mina oscura para seguir ayudando en estos tiempos difíciles.

*Sara Gurling fue la directora de organización comunitaria de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de San Diego y Condado de Imperial. Es conocida como activista humanitaria laboral pro-justicia. Es presidenta de la organización humanitaria Ángeles de La Frontera. Ha laborado como representante de trabajadores por diecisiete años. Fue vise-presidenta del Concilio Laboral del Condado de Orange y es maestra de estudios laborales en San Diego City College.