Casi uno de cada cuatro adolescentes estadounidenses consume al menos un producto tabacalero, incluyendo cigarrillos electrónicos, señaló la Asociación del Pulmón de Estados Unidos (ALA) en su último informe sobre la lucha contra el tabaquismo en el país.
El informe de la asociación de los especialistas en neumología denuncia que el incremento del uso de productos tabacaleros distintos a los cigarrillos puede poner en peligro los avances logrados en la lucha para acabar con las enfermedades y muertes causadas por el tabaco en el país.
Como prueba señala que si bien se ha logrado un “progreso considerable” en la reducción del consumo de cigarrillos entre los jóvenes, el uso de cigarrillos electrónicos y otros productos ha alcanzado un nivel récord, según Harold P. Wimmer, presidente nacional y director gerente de ALA.
Entre los alumnos de escuelas secundarias (high schools) de Estados Unidos está más extendido el uso de los cigarrillos electrónicos que el de los tradicionales, según estadísticas de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) citadas en el informe.
Un 13,4 por ciento de esos alumnos consume cigarrillos electrónicos, un 9,4 por ciento usa pipas de agua y un 9,2 por ciento fuma cigarrillos tradicionales. Sumados otros productos del tabaco, el porcentaje de consumidores de tabaco en todas sus formas es del 24,6 por ciento, superior al de los adultos, que es del 22,7 por ciento.
En enseñanza secundaria (menos de 14 años), un 2,5 por ciento de los alumnos es fumador e incluyendo productos distintos a los cigarrillos, el porcentaje trepa al 7,7 por ciento.
Según datos de la Asociación, más de 480.320 personas mueren al año en Estados Unidos por enfermedades atribuibles al hecho de fumar y otras 41.000 personas pierden la vida anualmente como consecuencia del “humo de segunda mano” (fumadores pasivos).
El costo económico del consumo de tabaco tampoco es menor: 289.500.000.000 dólares anuales.
La Asociación pone el acento en la necesidad de que las autoridades actúen “de manera más agresiva” para reducir “todo” el consumo de tabaco, es decir también el de productos que aun no están sujetos a las regulaciones de la Agencia de la Alimentación y Drogas (FDA) de Estados Unidos, entre ellos los cigarrillos electrónicos, los habanos y las pipas de agua.
La situación en California
Luego de ser un estado líder en medidas para disminuir el consumo de cigarrillos, California ha reducido sus esfuerzos de control y prevención del tabaquismo y cerca del 25 por ciento de los estudiantes de preparatoria fuman, según un reporte dado a conocer recientemente.
El informe “Estado del control del tabaco California 2016”, de la Asociación Americana del Pulmón, destacó que se trata del porcentaje más alto desde que se tienen registros de este grupo, en el que los latinos representan cerca de la mitad de la población.
“Cerca de una cuarta parte de los estudiantes de preparatoria usa productos de tabaco, y el uso de los cigarrillos electrónicos y los pequeños cigarros está en su punto histórico más alto”, advirtió el cirujano pulmonar David Tom Cooke, miembro de la Junta de Gobierno de la Asociación Americana del Pulmón de California.
El informe señala que “más de 16.000 jóvenes comienzan a fumar cada año en California y el consumo de tabaco le cuesta 18.000 millones de dólares al estado”.
De acuerdo con datos de la Fundación Lucile Packard para la Salud Infantil, de los más de 6,2 millones de estudiantes registrados en escuelas públicas de California en 2015, el 53,6 por ciento era hispano.
“California debe actuar de una manera más firme para salvar vidas y terminar con el sufrimiento de las muertes y las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco”, afirmó Olivia Diaz-Lapham, presidenta y directora ejecutiva de la Asociación Americana del Pulmón en California.
La organización recomendó que se eleven los impuestos a los productos derivados del tabaco como la forma más directa de reducir su consumo y recordaron que California figura en el trigésimo quinto puesto en el país en este aspecto y no aumenta la fiscalidad del tabaco desde 1999.
“Si California quiere avanzar en su lucha para reducir la principal causa de muertes prevenibles en el estado está claro que es necesario que se produzca un aumento de los impuestos al tabaco y se aprueben políticas firmes para el control del tabaco”, enfatizó Cooke.
“Este aumento salvará vidas y evitará que nuestros niños se conviertan en la próxima generación adicta al tabaco”, aseguró Diaz-Lapham. EFE
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