Con una dieta equilibrada en la que abunden los productos frescos podemos obtener todas las vitaminas que nuestro organismo precisa. Estas deben llegar a través de la alimentación, pues el cuerpo humano no puede sintetizarlas.
Todas son importantes para que el organismo funcione correctamente y cada una de ellas tiene un papel que desempeñar.
VITAMINA A, PIEL, HUESOS Y DIENTES
Así, la vitamina A es necesaria para tener “una piel sana, huesos y dientes fuertes en los niños, para mantener la resistencia a las infecciones, para el crecimiento, para la estructura celular y para la visión”, precisa el Instituto del Corazón de Texas.
La vitamina A, también llamada retinol, solo se encuentra como tal en alimentos de origen animal. No obstante, muchos vegetales contienen carotenos, sustancias que el cuerpo humano transforma en vitamina A. Entre ellos, destaca el betacaroteno.
Respecto a los alimentos de origen animal, el Instituto del Corazón de Texas señala que el hígado, los aceites de hígado de pescado y los productos lácteos son buenas fuentes de vitamina A.
TIAMINA Y RIBOFLAVINA
Por su parte, la vitamina B1 o tiamina “es necesaria para desintegrar los hidratos de carbono y poder aprovechar sus principios nutritivos”, detallan los especialistas de la UNED. Quienes, asimismo, advierten de que el tabaco y el alcohol “reducen la capacidad de asimilación de esta vitamina, por lo que las personas que beben, fuman o consumen mucho azúcar necesitan ms vitamina B1”.
La vitamina B1 se encuentra en “cereales integrales, frijoles, guisantes, vísceras, carne magra de cerdo, semillas y nueces”, indica el Instituto del Corazón de Texas.
La vitamina B2, conocida como riboflavina, “favorece la formación de anticuerpos y glóbulos rojos e interviene en el mantenimiento de las mucosas y del tejido epitelial, en especial de la córnea ocular”, precisa la Fundación Española del Corazón.
Según detalla esta entidad, la vitamina B2 está presente en la leche, el queso, la clara de huevo, el hígado, los vegetales verdes, los cereales enteros, los frutos secos y el pescado.
VITAMINAS B3, B5, B6 Y B8
La vitamina B3 ”interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas”, señalan los especialistas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España.
Esta vitamina se encuentra en la levadura de cerveza, el salvado de trigo, los cacahuetes tostados, el hígado de ternera, las almendras, el germen de trigo, la harina integral de trigo, los orejones de melocotón, el arroz integral o las setas.
Por su parte la vitamina B5 o ácido patogénico “interviene en el metabolismo celular como coenzima en la liberación de energía a partir de las grasas, las proteínas y los carbohidratos”, indican los especialistas de la UNED.
Del mismo modo, explican que esta vitamina se encuentra en una gran cantidad de alimentos. No obstante, los productos más ricos en ácido patogénico son las vísceras, la levadura de cerveza, la yema de huevo y los cereales integrales.
La vitamina B6 “es imprescindible en el metabolismo de las proteínas”, destacan los expertos de la UNED. “Las fuentes de este nutriente son las carnes rojas, el pescado, los cereales, los lácteos, las leguminosas, los frutos secos y las levaduras”, expone la Fundación Española del Corazón. Puesto que se encuentra en un amplio número de alimentos, tanto de origen animal como vegetal, los casos de déficit de vitamina B6 son muy raros.
La vitamina B8 o biotina “es importante para el metabolismo tanto de los carbohidratos como de los lípidos”, subraya la Fundación Española del Corazón.
En este sentido, el Instituto del Corazón de Texas precisa que la biotina es necesaria a la hora de “descomponer los ácidos grasos presentes en los hidratos de carbono y para la eliminación de los productos de desecho derivados de la descomposición de las proteínas”.
Entre los alimentos que proporcionan biotina, esta entidad destaca las nueces, los cereales integrales, las verduras, las frutas, la leche, las vísceras y la levadura de cerveza.
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VITAMINA C, LA DE LOS VEGETALES FRESCOS
En cambio, la vitamina C, también denominada ácido ascórbico, se halla fundamentalmente en los vegetales frescos.
“Se encuentra en la naranja, el limón y el pomelo, entre otros cítricos, pero también en el kiwi, la mora, la fresa, el tomate, los pimientos, la lechuga y en verduras crudas”, detalla la nutricionista Patricia Ibáñez.
La vitamina C actúa como un potente antioxidante, pero también tiene “un papel importante en la síntesis de colágeno, en la cicatrización de las heridas, en la función inmune y en la síntesis de neurotransmisores”, expresa la Fundación Española del Corazón.
VITAMINA D, EL IMPRESCINDIBLE CALCIO
La vitamina D “es fundamental para mantener el equilibrio en el metabolismo el calcio en el organismo, lo que repercute en el sistema musculo esquelético”.
La dermatóloga Bibiana Pérez, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), expone que la vitamina D se encuentra “en algunos alimentos como pescados grasos, leche o huevos, pero en cantidades muy pequeñas, lo que hace que una alimentación normal no garantice el aporte adecuado de esta vitamina”.
Así, la especialista afirma que la principal fuente de obtención de vitamina D para nuestro organismo es su síntesis en la piel por medio de la exposición solar.
VITAMINA K, COAGULANDO LA SANGRE
Por último, la vitamina K o fitomenadiona “interviene en la coagulación sanguínea y en los distintos factores implicados en el proceso”, describen los expertos de la UNED.
Podemos encontrarla, principalmente, en los vegetales de hoja verde como espinacas, acelgas, brócoli, repollo o lechuga, entre otros.
EFE
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