OSLO, NORUEGA.- Por décadas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC han sido uno de los grupos guerrilleros más terribles y su cuota de derramamiento sangre la cobraron con miles de muertos, secuestros y amenazas a las familias colombianas.

El terror causado en ese país sudamericano por el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, líder del Cartel de Medellín, desde la década de los 70’s hasta su muerte en 1993, en realidad siempre ha estado presente con la actividad guerrillera de las FARC, responsable de que millares de familias e individuos desplazados vivieran en la zozobra y la pobreza, agudizada por su obligada migración.

Por eso es significativo y ha tenido un gran eco a nivel internacional la noticia de que la Academia Noruega entregó el Premio Nóbel de la Paz al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, tras lograr concretar un acuerdo de paz con la dirigencia de las FARC en Colombia, tras décadas de búsqueda de la misma.

Y es que Santos logró lo que no pudieron los expresidentes Belisario Betancourt, Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Álvaro Úribe.

Este hombre nacido en Bogotá, Colombia el 10 de agosto de 1951 y que hoy tiene 65 años de edad, llegó con un objetivo: pacificar a su pueblo, aunque no pocos ahora le llaman ‘traidor’ por haber negociado con la guerrrilla colombiana, a la que ahora se le atribuye no sólo a la lucha armada sino aparentes vínculos con el narcotráfico.

De acuerdo con el Comité Noruego del Nóbel “ha sido galardonado con el Premio Nóbel de la Paz 2016 por sus esfuerzos en el proceso para poner fin a la guerra acordado con la guerrilla de las FARC”.

El Comité también destacó que la “fortaleza” necesaria para afornar la “tarea del proceso de paz abierto con la insurgencia más antigua de América Latina tras más de 50 años de conflicto”.

Emocionado, Santos dijo al saber de la noticia de que se hizo acreedor al importante premio internacional: “Colombianos este premio es de ustedes. Lo recibo, en especial, en nombre de las millones de víctimas que ha dejado este conflicto que hemos sufrido”. El mandatario colombianose encontraba en La Casa del Niño, su residencia oficial, en compañía de su esposa, María Clemencia de Santos.