En Nochebuena, Navidad y Nochevieja las mesas se llenan de manjares y tendemos a comer más que habitualmente. Pero el periodo navideño es largo y es necesario cuidar la alimentación para llegar a enero sin miedo a la báscula. Una nutricionista nos explica cómo hacerlo.

Es difícil resistirse ante las delicias gastronómicas típicas de las celebraciones navideñas. Aperitivos, mariscos, postres y demás platos suponen una tentación en la que en estos días solemos caer. Pero se puede disfrutar de estos placeres culinarios sin necesidad de darse grandes atracones. Para llegar al final de las Navidades sin que nuestra salud se resienta, la clave es la moderación.

En primer lugar, hay que moderarse en el supermercado. Para evitar tantas sobras de comida, habría que intentar no excederse en las compras. Si cada año sobra más comida, no deberíamos empezar a recortar en cantidades? Tenemos que recordar que los días clave son tres: Nochebuena, Navidad y Nochevieja. Por lo tanto, los carritos de la compra no deberían ser como si las fiestas duraran un mes, subraya la dietista-nutricionista Mónica Pérez García.

La especialista comenta que, si a pesar de todo, después de una comida o cena de celebración nos han sobrado alimentos, podemos aprovecharlos en los días sucesivos.

“No obstante, en lugar de tomar el plato en el formato en el que se elaboró, podemos reducir su contenido calórico incorporándolo a una base vegetal para así tomar menos cantidad del mismo. De este modo, podemos, por ejemplo, laminar las sobras de la carne para que sean un ingrediente más dentro de un salteado de verduras o desmenuzar el pescado e incorporarlo a una ensalada”, recomienda.

DULCES Y BEBIDAS ALCOHÓLICAS

En lo relativo a los dulces, Pérez aconseja elaborarlos de forma casera con ingredientes naturales y de buena calidad, es decir, sin azúcar, con harinas integrales, utilizando calabaza, zanahoria, frutas, frutos secos, etc. “Eso no significa que no tengan calorías o que podamos tomarlos en cantidad libre, pero al menos estaremos evitando harinas refinadas y exceso de azúcares”, apunta.

En esta época del año también suele aumentar el consumo de bebidas alcohólicas. En este sentido, el consejo de Pérez es restringir al máximo el alcohol. La especialista subraya que lo ideal sería evitarlo pero, puesto que esto sólo lo cumple una parte mínima de la población, al menos habría que controlar mucho su ingesta. “Hay que ser conscientes de los grandes volúmenes que se consumen y del riesgo que supone para la salud, aunque se haga de manera punctual”, advierte.

Así, Pérez aconseja acompañar la comida con agua y dejar el alcohol para el brindis. “Los combinados de mayor graduación no son imprescindibles ni en estas fechas ni en ninguna otra, por lo que la mejor recomendación es evitar su consumo. Además, en Navidad son frecuentes los viajes y este es otro motivo para eliminar el alcohol de la dieta”, subraya.

La dietista-nutricionista hace hincapié en la importancia de mantener los buenos hábitos en el periodo navideño para que, a pesar de que podamos cometer excesos puntuales, volvamos al estilo de vida saludable sin poner en riesgo la salud.

De este modo, si vamos a tener una cena o una comida más copiosa de lo habitual, la recomendación de la experta es apostar por los vegetales en el resto de las comidas de la jornada.

“Son el grupo de alimentos del que nunca se debería prescindir. Son ricos en vitaminas, minerales y fibra y bajos en calorías. Serían una buena opción para esas otras comidas del día. También son muy versátiles y podemos tomarlos en sopas, purés, a la plancha, salteados, en ensalada, al vapor, como crudités, etc.”, precisa.

EFE

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