El Distrito Escolar Unificado de San Diego ya pidió al presidente electo, Donald Trump, que mantenga los programas de Acción Diferida o DACA, mientras que la Universidad de San Diego (USD) y la de California (UC) se han declarado santuario, pero al mismo tiempo han surgido dos posibilidades entre legisladores:

Un grupo de 106 congresistas demócratas –incluido Juan Vargas– pidió al presidente Barack Obama esta semana que proteja a los Dreamers antes de dejar el cargo en enero próximo. El mandatario todavía no responde a esa solicitud y entre tanto surge otra propuesta en el senado federal.

La iniciativa BRIDGE Act, o propuesta de ley para Impedir la Expulsión de Individuos Soñadores que Acrecientan Nuestra Economía, propone prolongar tres años el programa DACA. Es una iniciativa bipartidista que respalda la senadora Diane Feinstein de California.

Esa iniciativa apenas fue presentada en el senado esta semana por sus autores, el senador republicano Lindsey Graham y su colega demócrata Dick Durbin.

El respaldo que tiene es de Feinstein, demócrata, y de los senadores republicanos Lisa Murkowski y Jeff Flake.

El acta Bridge, cuyas siglas forman la palabra “puente” en inglés, pretende convertirse en eso, un recurso para pasar del periodo de gobierno del presidente Obama al del presidente electo.

La iniciativa no podría ser aprobada en el congreso antes de que el presidente electo tome posesión del cargo, el 20 de enero, pero puede crear un clima de aceptación para la administración entrante, que en campaña electoral se caracterizó por su retórica antiinmigrantes.

Unos 780 mil jóvenes soñadores indocumentados –aproximadamente el 80 por ciento de ellos mexicano– entregaron al gobierno federal su información confidencial para solicitar al programa de Acción Diferida que ordenó el presidente Obama en el 2012.

DACA permitió a los jóvenes indocumentados que llegaron al país cuando niños en compañía de sus padres permanecer en Estados Unidos temporal y legalmente, lo que significa que podían trabajar y estudiar sin temor a ser detenidos y deportados.

El presidente electo declaró en campaña que terminaría con el programa de DACA, al que llamó inconstitucional, pero desde que ganó la elección solo ha reiterado que deportará a unos tres millones de indocumentados que tienen antecedentes penales.

La única mención del presidente electo sobre los dreamers o soñadores es que durante su periodo de gobierno buscará una solución. Reconoció que “están en el limbo” migratorio y que muchos han conseguido “excelentes empleos”, de acuerdo con un cable informativo fechado en Washington el 6 de diciembre.

Otros republicanos mantienen ataques directos a los dreamers. El congresista Steve King dijo en entrevista con CNN que acaba de regresar esta semana a Washington después de estar en la frontera donde, según él, vio que los dreamers cruzan “en promedio 65 libras de mariguana, y algunos de ellos regresan por más en un mismo día”.

La organización Politifacts aclaró al legislador que uno de los principales requisitos para solicitar DACA es carecer de antecedentes criminales, y que l autoridades federales revisan a fondo los antecedentes de cada solicitante.

Por la parte de los demócrata, el congresista Luis Gutiérrez encabezó a un grupo de 64 colegas suyos que esta semana envió una carta al presidente Obama para solicitarle que otorgue a los dreamers “un perdón” que les permita permanecer en el país como residentes y buscar la ciudadanía estadunidense.

Gutiérrez dijo que “tenemos la responsabilidad de estar con los dreamers y sentimos que el presidente (Obama) tiene la responsabilidad de estar con nosotros y con los dreamers”, porque confiaron en DACA y ahora quedaron en el limbo migratorio.

Y para el presidente electo, el menaje de ese grupo de legisladores fue que “si vienes por dreamer, o si vienes por las familias inmigrantes, si registras musulmanes, si pones en marcha planes para deportar millones e intentar cerrar o eliminar la inmigración legal, tendrás que pasar por los demócratas en el congreso y hemos cerrado filas”.

Luego del anuncio de Gutiérrez, otros 42 legisladores demócratas se sumaron a la petición. Al cierre de esta edición el presidente Obama aún no respondía al grupo legislativo.

Manuel Ocaño