WASHINGTON, D.C..- A escasos 4 meses de haber asumido la presidencia, Donald Trump no sólo tiene ‘dolores de cabeza’ por la reacción que ha generado su persecución a los inmigrantes indocumentados y su desatino en política exterior, sino en el estado que guarda la economía nacional y su visión sobre la misma

Y es que el propio Departamento de Comercio de Estados Unidos reconoció que el deficit comercial de la nación creció en 5.2% en abril, acumulando $47, 600 millones.

Si se toma en consideración que el déficit comercial no es otra cosa sino la diferencia negativa en la balanza comercial entre las mercancías y servicios que un país vende al exterior (exportaciones) y lo que éste compra a naciones extranjeras, es fácil entender por qué se genera dicho déficit o pérdida en el intercambio.

Caen exportaciones frente a importaciones

Dee sa forma, en abril las exportaciones del país cayeron un 0,3 % y sumaron 191.000 millones de dólares, mientras que las importaciones aumentaron un 0,8 %, hasta los 238.600 millones, lo que representa un saldo comercial negativo por 47,000 millones.

De hecho, el mismo fue el mayor desde enero y superior a lo esperado por los analistas, que anticipaban un déficit de alrededor de 46.000 millones tras la cifra, revisada al alza, de 45.300 millones de marzo.

En lo que va de año, el déficit comercial se ha incrementado un 13,4 % con respecto al mismo periodo de 2016.

Queja frecuente

El presidente, Donald Trump, se queja constantemente de que el déficit comercial del país es demasiado grande y quiere corregir esa situación, particularmente en el caso del intercambio con China y México.

Este es un tema que está presente en el Tratado de Libre Comercio, un acuerdo trilateral (entre Estados Unidos, Canadá y México), que en principio el Presidente buscó eliminar, aunque ahora lo ha condicionado al resultado de las negociaciones entre los representantes de los tres países.

Ahora es Alemania

Las críticas más recientes han sido para Alemania, país cuya política comercial es “muy mala” para Estados Unidos, a juicio de Trump.

En la última cumbre de líderes del G7, celebrada el pasado fin de semana en Sicilia (Italia), el Gobierno de Trump dejó de lado su negativa a condenar el proteccionismo y se unió a sus socios en ese grupo para reafirmar el compromiso con el libre comercio.

Al mismo tiempo, la declaración final del G7 incluyó el rechazo a las “prácticas comerciales injustas”, algo hacia lo que presionó particularmente Trump.

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