El grupo Ángeles Sin Fronteras llevó a cabo la única protesta por la construcción de los prototipos de muro fronterizo en la zona de Otay Mesa, aunque las autoridades esperaban que cualquier manifestación contra esos proyectos se presentara del lado de San Diego y habían asignado una zona bajo vigilancia llamada “de libre expresión”.

Una treintena de miembros de esa organización, entre ellos algunos deportados, protestó en las inmediaciones de la colonia Las Torres frente al área donde seis empresas construyeron los ocho modelos de muro.

Ahí prendieron fuego a un muñeco hecho con periódicos o papel maché y con algún parecido con el presidente Donald Trump.

La figura se consumió mientras los manifestantes gritaban consignas como “no la muro”.

La mayoría portaba pancartas contra la barda fronteriza y contra el presidente Trump, aunque algunos tenían fotografías tamaño cartel de escaleras recargadas precisamente contra muros.

Esa única protesta fue vigilada por media docena de vehículos con oficiales federales mexicanos quienes no interrumpieron la manifestación ni impidieron que la prensa cubriera el evento.

El dirigente de los Ángeles Sin Fronteras, Sergio Tamai, dijo en entrevista “ese muro que piensan construir con base en los prototipos no va a detener la migración indocumentada”.

Pese a que la patrulla fronteriza informó que va a someter a pruebas los prototipos para elegir uno que sea infranqueable, Tamai explicó que quienes necesiten cruzar la frontera encontrarán la forma de hacerlo, aunque sea con alguna perforación o túnel, “o mediante la corrupción, porque nos imaginamos que así es como cruzan las drogas’.

“Los muros se brincan, se agujeran o se túnelean, también hay corrupción y la prueba es que pasan y pasan toneladas de droga, por eso la migración no es algo que se pueda detener”, aseguró Tamai.

Para los vecinos de Las Torres y el Nido de las Águilas la construcción de los prototipos ha sido motivo de curiosidad.

Desde algunas casas de dos pisos los modelos se ven completos, además de que fueron construidos apenas a unos mil pies de distancia de la primera barda, la construida en 1994.

Algunos adolescentes que viven en la zona coincidieron con los Ángeles Sin Fronteras acerca de que los migrantes encontrarán la forma de cruzar la frontera si lo consideran necesario, pese a la construcción de la siguiente barda.