Un joven latino empleado de un Starbucks en San Diego había recibido hasta $100,000 dólares en propinas luego de que una mujer de raza blanca tratara de humillarlo porque el muchacho le había pedido que usara cubre bocas al entrar a la cafetería.
El joven empleado, Lenin Gutiérrez, ha declarado sentirse completamente sorprendido por la respuesta de solidaridad de la comunidad, no solo de San Diego, sino del país y de diversas partes del mundo.
Lenin trabaja en un Starbucks sobre la avenida Genesse en las inmediaciones de La Jolla. Desde que la pandemia llegó a San Diego el joven tenía escasas horas de trabajo y las propinas le escaseaban porque además eran pocos los clientes que llegaban a la cafetería a mantener sana distancia.
Amber Lynn Gilles entró el lunes sin mascarilla a esa cafetería. Lenin le preguntó si tenía una a la mano. La mujer respondió de mala gana y dijo que el negocio estaba obligado a atenderla, pero Lenin le explicó que es disposición de autoridades de Salud del condado y que sin mascarilla no podrían atenderla.
Enfurecida, Gilles habló en términos ofensivos al joven, le tomó una foto con su celular y la subió a su cuenta de Facebook sin saber escribir el nombre de Lenin.
“Conozcan a lenen de Starbucks que se negó a servirme porque no estoy usando una máscara. La próxima vez esperaré a la policía y voy a traer una exención médica”, publicó la mujer. Su mensaje comenzó a tener reacciones de personas que dicen que usar un cubre bocas para prevenir infección es esclavismo.
Mientras la foto se hacía viral, un joven del condado de Orange se sintió apenado por lo que tenía que soportar Lenin solo por hacer su trabajo. Matt Cowan, abrió una cuenta en la plataforma de GoFundMe y pidió a la gente que por favor dejara propinas para Lenin, como se dejan en la cafetería donde trabaja.
“Recaudando dinero para Lenin, por su honorable esfuerzo por mantenerse firme cuando se enfrenta a una Karen salvaje”, escribió Cowan en la petición de “Propinas para Lenin”.
En entrevista, Cowan dijo que solo quiso hacer sentir bien a Lenin. Pensó que si establecía como meta $1000 dólares de propinas, con el tiempo la gente daría 250, 300, o quizás hasta más.
Lo que Cowan nunca pensó fue que tanta gente de todo Estados Unidos e incluso de otros países se solidarizara con Lenin porque una “Karen” lo quiso humillar.
Karen es un término que en los últimos meses se ha popularizado para describir a mujeres de raza blanca prepotentes y altaneras que por lo general pronuncian ofensas racistas y exigen “hablar con el gerente”, donde se encuentren. A veces sus parejas son identificados como “Ken”.
En solo una semana la cuenta de propinas de Lenin reunió $100,000 dólares.
Entonces ocurrió otra sorpresa: Amber Lynn Gilles dijo en entrevista al periodista Artie Ojeda de NBC que parte del dinero que se ha reunido en propinas para Lenin debe ser para ella.
Según Gilles, ella no ofendió a Lenin y es una madre de familia que necesita de recursos.
Pero entonces surgió todavía una sorpresa adicional. Una concuña de Gilles, Brandy Mackenzie, asegura que durante más de una década Gilles no ha tenido un trabajo que se considere estable y que su suegra, la madre de Gilles, le ha pagado por todo, desde la cuenta de su celular hasta las multas de tránsito.
Mackenzie dice que Gilles, quien en su cuenta de Facebook tiene elogios al Ku Klux Klan, es una simpatizante de Trump que va sin mascarilla a concentraciones de seguidores del presidente.
La concuña abrió otra recaudación en GoFundMe y dijo que es “para juntar dinero con qué pagar a un abogado para sacar a Amber de la casa de mi suegra”, a quien describe como una mujer dulce.
Mientras tanto, Gilles dice que si no le dan parte de las propinas de Lenin, demandará “por difamación” a Cowan.
Esta es la cuenta de las propinas: