Un estudio de la Asociación de Jubilados de EE.UU. (AARP) publicado hoy estima en 47 millones de dólares anuales el cuidado de un familiar con una enfermedad crónica en California.
El estudio «Valorando lo invaluable: las crecientes contribuciones y costos del cuidado familiar», destaca los aportes de estos cuidadores para aliviar los gastos de salud pública. Al tiempo que muestra su perfil y sus necesidades emocionales y económicas en razón de su dedicación.
«Los cuidadores se encargan de atender a la familia y sus seres queridos simplemente porque eso es lo que ellos hacen», comentó David Pacheco, presidente de la AARP en California, al anotar que «ellos no se ven a sí mismos como cuidadores».
«Pero las comidas que preparan para mamá y papá, las visitas al médico, en fin, toda esa ayuda y asistencia con cuidados a largo plazo habría costado 450.000 millones (de dólares) si hubiera sido necesario contratar a alguien para hacerlo», agregó Pacheco, al señalar el costo nacional.
El reporte basado en datos de 2009 igualmente resaltó el «perfil típico» de las personas que ofrecen el cuidado: mujeres de 49 años, que trabajan fuera del hogar y gastan cerca de 20 horas semanales atendiendo a su madre, sin pago, durante cinco años.
Cerca de dos de cada tres de las personas que prestan este tipo de cuidado son mujeres y más de ocho de cada 10 están cuidando de un familiar o un amigo mayor de 50 años.
La complejidad del cuidado médico que prestan va en aumento, señaló el informe, por el impacto de cortas hospitalizaciones y el avance del cuidado médico en el hogar, que incluye la aplicación de vendajes, tubos de alimentos, manejo de catéteres, aplicación de inyecciones y operación de equipo médico.
Asimismo, los proveedores del cuidado, al permanecer ese tiempo en sus hogares, corren riesgo de sufrir estrés, depresión, problemas físicos, aislamiento social y dificultades económicas, entre otros.
«Muchos cuidadores pudieran ser ‘pacientes ocultos’ ellos mismos. Con frecuencia, necesitan apoyo y cuidado para enfrentar el impacto negativo que la enfermedad o discapacidad de su ser querido está teniendo en ellos», concluyó Pacheco.
(EFE)