Las vacunas no son solo para los bebés. A medida que los niños crecen, algunas vacunas recibidas durante la niñez pueden empezar a perder su eficacia. Los niños mayores también pueden ser susceptibles a ciertas infecciones al pasar a ser preadolescentes y adolescentes.
Las vacunas para los preadolescentes y adolescentes no solo ayudan a protegerlos sino que también protegen a sus amigos, a la comunidad y a sus familiares. Se recomiendan cuatro vacunas para los preadolescentes y adolescentes. Todos los niños deben recibir la vacuna contra la influenza anualmente y las otras tres vacunas entre los 11 y 12 años de edad. Los adolescentes podrían necesitar recibir las vacunas que no recibieron cuando eran preadolescentes. Los adolescentes también pueden necesitar una dosis de refuerzo de una vacuna que requiere más de una dosis para ofrecer total protección.
¿Cuáles son las vacunas que necesitan los preadolescentes y los adolescentes y a qué edad las necesitan?
Estas recomendaciones cuentan con el respaldo de la Academia Americana de Pediatría (AAP), la Academia Americana de Médicos de Familia (AAFP), la Sociedad de Medicina y Salud Adolescente (SAHM) y los CDC:
Vacuna Tdap
La vacuna Tdap protege contra 3 enfermedades: Tétanos, difteria y pertussis (también llamada “tos ferina”). La inyección Tdap que reciben los bebés y los niños pequeños los protege contra estas enfermedades, pero la protección disminuye conforme crecen. La vacuna Tdap reemplaza lo que antes se llamaba el “refuerzo contra el tétanos” y tiene el beneficio adicional de proteger contra la tos ferina, que es muy contagiosa. La tos ferina puede enfermar a los preadolescentes y adolescentes al punto que deban faltar varias semanas de escuela y otras actividades. También se puede contagiar a otras personas, incluidos los bebés, para quienes puede ser mortal. Los preadolescentes (de 11 o 12 años de edad) deben recibir una dosis única de Tdap. Los adolescentes (de 13 a 18 años) que no han sido vacunados con la Tdap deben recibir una dosis simple tan pronto como sea posible.
Vacuna antimeningocócica conjugada
La vacuna antimeningocócica conjugada (MCV4) ayuda a prevenir la enfermedad meningocócica y puede prevenir la enfermedad causada por dos de las tres cepas más comunes. La meningitis meningocócica puede volverse mortal en 48 horas o menos. Aún con tratamiento, la gente muere en 10% de los casos. Cerca del 20% de los sobrevivientes de la enfermedad meningocócica tendrá una discapacidad de largo plazo, como sordera, daño cerebral o la amputación de una extremidad. Los preadolescentes deben recibir esta vacuna a los 11 o 12 años y luego una dosis de refuerzo a los 16 años. Los adolescentes que recibieron la MCV4 por primera vez cuando tenían 13 a 15 años necesitarán una dosis de refuerzo solamente una vez cuando tengan 16 a 18 años. Si un adolescente nunca recibió la vacuna, deberá pedirle a su médico que se la ponga, especialmente si está a punto de ir a un dormitorio de universidad o a un campo militar.
Vacuna contra el VPH
La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) protege a las niñas y jóvenes contra los tipos del VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello uterino. Los médicos recomiendan la vacuna del VPH para niñas de 11 y 12 años para protegerlas contra todos los tipos de VPH que causan cáncer de cuello uterino. Una sola vacuna de VPH también previene el cáncer anal y las verrugas genitales en mujeres y hombres. Los médicos recomiendan esta vacuna del VPH para niños de 11 y 12 años para protegerlos contra los tipos de VPH que causan cáncer anal y verrugas genitales. Las vacunas contra el VPH se dan en tres dosis (inyectadas) en el transcurso de 6 meses y es muy importante que se reciban las tres dosis para estar completamente protegidos. Los adolescentes y los adultos jóvenes (de menos de 27 años) que no han recibido la vacuna contra el VPH o que no completaron la serie de inyecciones, deben hablar con sus padres o su médico para recibir esas inyecciones lo antes posible.
Vacuna contra la influenza
La vacuna contra la influenza (gripe) protege contra 3 virus de influenza que de acuerdo con los investigadores serán los más comunes durante la próxima temporada de influenza. La mayoría de las personas que se enferman de influenza se sentirán mejor en unos cuantos días y hasta 2 semanas; pero la influenza es impredecible. La neumonía, la bronquitis y las infecciones de los senos nasales y del oído son 3 ejemplos de complicaciones de la influenza. Es especialmente importante para los niños con asma o diabetes que se vacunen para ayudar a disminuir los riesgos de complicaciones serias por la influenza. Todas las personas de 6 meses de edad o más deben vacunarse anualmente contra la influenza. Todos los años, los preadolescentes y los adolescentes deben vacunarse contra la influenza en el otoño o tan pronto como esté disponible la vacuna.
Padres de adolescentes deben de confirmar con su médico que su adolescente ya recibió las vacunas recomendadas para la niñez o, si es necesario, de que reciba alguna de esas vacunas.
Los preadolescentes y los adolescentes pueden presentar efectos secundarios leves, como enrojecimiento y dolores en donde se administró la inyección (generalmente en el brazo). Algunos pueden desmayarse después de recibir la inyección. El sentarse o recostarse por unos 15 minutos después de la vacuna puede ayudar a evitar los desmayos. La mayoría de los efectos secundarios son insignificantes, especialmente cuando se les compara con las enfermedades graves que estas vacunas previenen.
¿Necesita ayuda para pagar por las vacunas?
La mayoría de los planes de seguro médico cubren el costo de las vacunas, pero es conveniente que verifique con su aseguradora antes de ir al médico. Si no tiene seguro, o si su seguro no cubre el costo de las vacunas, el programa Vacunas para Niños (VFC, en inglés) le puede ayudar.
El programa Vacunas para Niños (VFC) proporciona vacunas sin costo a los médicos que atienden a los niños que reúnen los requisitos. Las personas menores de 19 años de edad pueden recibir las vacunas del VFC si reúnen los requisitos de Medicaid, no tienen seguro médico o son indoamericanas o nativas de Alaska. Los niños cuyo seguro médico es “insuficiente” y no les cubre todas las vacunas, pueden beneficiarse del programa VFC a través de centros de salud con acreditación federal o clínicas rurales.