Una adolescente guatemalteca, que iba a ser deportada pocos días después de graduarse con honores de la escuela secundaria, recibió una prórroga de un año, informó esta semana el diario The Washington Post.

Heydi Mejía, de 18 años, ingresó a Estados Unidos cuando tenía cuatro años de edad y su madre, Dora Aldana, ahora de 40 años, cruzó el Río Grande desde México.

Mejía, quien se graduó de la Escuela Secundaria Meadowbrook, al sur de Richmond, en Virginia y tenía planes de ir a la universidad, recibió en diciembre la visita de funcionarios de Inmigración que le notificaron que sería deportada.

El caso de Mejía es un ejemplo de miles de jóvenes, traídos a Estados Unidos por sus familiares cuando eran menores de edad y sin los documentos de inmigración que requiere la ley.

Muchos de ellos descubren su situación de inmigrantes indocumentados cuando llegan a los 16 años de edad y comienzan los trámites para obtener una licencia de conducir, y las gestiones para matricularse en universidades cuando completen sus estudios secundarios.

El Post, que publicó un artículo de primera plana sobre Mejía, informó que la prórroga de un año permitirá que la joven consiga un empleo a tiempo parcial en cosmetología, tal como había planificado.

“Su abogado, Ricky Malik, ha pedido a la Oficina de Inmigración y Aduanas que reabra su caso lo cual podría conducir a una anulación de la orden de deportación, o a una prórroga más larga”, señaló el diario.

“He pasado por todas las emociones y ahora me siento aliviada y afortunada”, añadió.

El presidente Barack Obama ha instruido a las autoridades de inmigración para que sean flexibles en los casos de los estudiantes que entraron ilegalmente a EE.UU siendo menores de edad.

EFE