La Oficina de Investigaciones Federales (FBI) pidió la ayuda del público de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos para identificar a oficiales fronterizos, de aduanas y de migración involucrados en posibles actos de corrupción.

En un mensaje difundido en español, el FBI exhorta “no se haga de la vista gorda; reporte la corrupción en las agencias fronterizas”.

Un agente del FBI, Alfredo Durán, detalló que “si usted vive cerca o cruza la frontera, usted puede ser nuestros ojos y nuestros oídos”.

“Si tiene información sobre corrupción en la frontera, por favor contacte su oficina del FBI o visite la página de internet” del buró, agregó Durán.

El jefe de la Unidad Contra Corrupción Pública del FBI, Sergio Galván, explicó por su parte que su agencia lanzó la campaña que consiste en apoyarse en el público para identificar oficiales corruptos.

El FBI advirtió que a diario hay intentos de tráfico de dinero, de drogas a Estados Unidos o de armas en la frontera.

“La participación del público es crucial para ayudar a ponerle fin a estos delitos. No pretendemos que los ciudadanos sean detectives, pero si uno ve algo que no parece estar bien, dé parte de ello”, comentó Galván.

Agregó que “aun cuando solo una de esas personas (agentes) represente un peligro, se crea una situación seria”

Explicó que “lo que me gustaría decirle al público y a las personas que trabajan en organizaciones que operan en la frontera es que el FBI está aquí para brindarles ayuda, pero no podemos ayudar si no recibimos información”.

El propósito de nuestra campaña de concientización pública es hacerle entender a la gente que necesitamos sus ojos y sus oídos para ayudar a mantener seguro al país, dijo Galván.

El mensaje divulgado incluye algunos casos de agentes fronterizos pero en la región limítrofe con México se conocen casos similares a menudo.

La semana pasada en el sur de San Diego detuvieron al patrullero fronterizo Noé López, de 36 años de edad, acusado de recoger en campo abierto en la frontera mochilas que le arrojaban sobre las bardas y que contenían kilogramos de cocaína y metanfetaminas.

López usaba su patrulla oficial para llevar las mochilas a un sitio seguro, aparentemente su casa en Chula Vista, unos kilómetros al norte, donde entregaba los cargamentos y, según los cargos, recibía sobornos con una tarifa establecida de diez mil dólares por cada mochila.

El mensaje que divulgó el FBI incluye en caso del oficial Héctor Rodríguez, quien durante años había permitido que cruzaran de Tijuana a San Diego vehículos con indocumentados y drogas a cambio de sobornos.

Como los inspectores fronterizos cambian de casilla de entrada en la garita de San Ysidro, California, la organización que coludida con Rodríguez enviaba por adelantado a un observador que ubicada a Rodríguez y luego informaba esa ubicación por radio o celular a sus cómplices.

Rodríguez dejaba que los vehículos de esa organización cruzaran la frontera sin revisarlos, por lo que en realidad desconocía lo que llevaban al ingresar a estados Unidos.

Más tarde en su casa también en Chula Vista el agente recibía sobornos en efectivo y además en artículos, como costosos relojes suizos y autos de lujo.

En el caso de Rodríguez fueron oficiales fronterizos quienes notaron que los autos pasaban sin revisión. Luego el FBI encontró disparidades entre los ingresos del oficial de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y su poder adquisitivo.

Peo el jefe anticorrupción del FBI cuestionó qué hubiera pasado si en alguno de los vehículos que al inspector dejó pasar hubiera entrado al país algún terrorista.

Tan solo por la garita de San Ysidro cruzan diariamente 50 mil vehículos y por el paso peatonal el oeste de la garita unos 35 mil peatones, de acuerdo con cifras de CBP. Muchos de ellos estadunidenses o personas con doble nacionalidad que viven al lado mexicano de la frontera.

Esta no es la primera vez que el FBI pide la asistencia del público para combatir la corrupción.

En el 2010 esa agencia había lanzado una campaña similar en la que sugirió al público imaginar que un oficial de un garita –uso la foto de San Ysidro—permitía el paso de un vehículo lleno de armas, drogas o explosivos.

Manuel Ocaño

Ellatinoonline.com