SAN DIEGO.- Una carta breve, directa y concisa pero que pegó con fuerza en el corazón de los aficionados de San Diego Chargers (Cargadores de San Diego).
En medio de muchas dudas, supuestos compromisos con la ciudad, llamados del alcalde Kevin Faulconer a que se quedaran, Dean Spanos, el propietario de los Cargadores no tuvo al fin compasión de los miles de simpatizantes del equipo de futbol americano y escribió la mañana del jueves 12 de enero, mientras se encontraba en una reunión de la NFL en Nueva York:
“Después de muchas deliberaciones, he tomado la decisión de trasladar a Los Cargadores a Los Ángeles, iniciando con la temporada de la NFL 2017”.
Y matiza quizás para suavizar el tono de su muy difícil decisión: “San Diego ha sido nuestra casa por más de 56 años. Siempre será parte de nuestra identidad, y mi familia y yo no tenemos más que gratitud y aprecio por el apoyo y pasión que nuestros ‘fans’ han compartido con nosotros a través del paso de los años”.
“Hoy damos vuelta a la página”
Sin embargo aquí pone el remache final a la mortaja de la historia en San Diego: “Pero hoy damos vuelta a la página y comenzamos una emocionante nueva era como Los Angeles Chargers.
En este punto de la misiva recuerda que “LA es un notable lugar, pues ahí jugamos nuestra temporada desde 1960 y hemos tenido aficionados desde entonces”.
Sin embargo, tal como se preveía, la noticia cayó como un balde de agua fría (y en pleno invierno) entre los aficionados y autoridades del gobierno municipal y el condado de San Diego.
En su primera conferencia de prensa, efectuada por la mañana del jueves, luego de ser avisado de la decisión tomada por el propietraio de Cargadores, afirmaría: “Spanos vivirá para arrepentirse de su decisión; al final del día, Los Cargadores quisieron más dinero de los contribuyentes que el que habíamos acordado”.
“Perderán los Cargadores”
Y remataría en la apertura de su tercer informe de gobierno por la tarde-noche del mismo día: “Los que perderán a San Diego son los Cargadores, y no es San Diego el que perderá”.
Pero en sus palabras se evidenciaba frustración y decepción, pues junto al hasta hace unos días presidente de la Junta de Supervisores, Ron Roberts, empujaron a tal punto la posibilidad de construir un nuevo estadio justo a un lado donde ahora se encuentra el vetusto estadio Qualcomm, ofrecieron un proyecto de construcción que representaría un costo aproximado a $1.2 billones.
Aunque los directivos de San Diego Chargers simularon gustarles el proyecto, pronto dieron claras muestras de su desacuerdo con el mismo, afirmando –por medio de un portavoz- que no era realizable, puesto que sólo la aprobación del manifiesto de impacto ambiental tomaría cuatro años.
La respuesta del alcalde Faulconer y el Supervisor Roberts, a mediados de agosto del 2015 fue que la junta de Supervisores del Condado votó por autorizar $500 mil “para contratar expertos que proporcionen asesoramiento relacionado con un posible estadio de fútbol (americano) en Mission Valley”.
Fracaso rotundo
Como es sabido, todas las negociaciones fracasaron, no obstante, y el último intento y el cual sería definitivo, fue la propuesta de inclusión de la Medida C, un proyecto para construir un moderno estadio en el centro de San Diego, Medida que fue rechazada por los votantes en las elecciones del 8 de noviembre.
No parece muy difícil percibir que el camino que trazaron el propietario y los directivos de San Diego Chargers (enfadados con tener que seguir utilizando, y pagando la parte que les correspondía de la renta de un viejo estadio como el Qualcomm, y las autoridades de gobierno municipal y del estado, caminaron por rumbos muy diferentes. Y el clavo que cerró toda posibilidad de entendimiento fue el adverso resultado electoral de la Medida C, que significaba un rotundo ‘N0’ a su propuesta.
Las reacciones de los aficionados
Con notable tristeza los aficionados de San Diego Chargers (Cargadores de San Diego) recibieron la noticia de que su equipo se muda a Los Ángeles.
Diversas expresiones de repudio tuvieron lugar frente a lo que hasta ahora habían sido hasta ahora las oficinas corporativas del conjunto, de Canyon Murphy.
La presencia de algunos agentes policiacos frente a las oficinas, sólo es en previsión a que no se altere el orden, pues los aficionados han expresado su tristeza y desacuerdo rompiendo camisetas, balones y cartelones, algunos incluso quitándose los tatuajes del cuerpo en el que aparecía el logo del equipo que estuvo 56 años en esta ciudad.
George Rivera, un aficionado de 39 años de edad y quien desde los 7 había sido un fiel seguidor de San Diego Chargers, dijo que su tristeza era a tal punto que “cuando jugaban nos reuníamos toda la familia y observábamos los juegos todos juntos; ¡todo esto ya se nos acabó!, pues durante más de tres décadas siguió al equipo, expresó descorazonado.
Dijo que fue su padre quien lo motivó al gusto por el equipo y por más de 3 d
¿Qué equipo los reemplazará?
Esta es la pregunta que flota en el aire y que se hacen todos los sandieguinos, y la respuesta no es fácil, pues se requiere de empresarios con gran capacidad económica, y sólo la dará el tiempo.
¡Adiós San Diego Chargers!.
Horacio Rentería
Ellatinoonline.com