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TLAHUELIPAN, HIDALGO.- A 128 asciende al día de hoy el número de personas fallecidas, tras la explosión de una toma clandestina ocurrida la noche del 18 de enero en esta comunidad, ubicada a 100 kilómetros de la Ciudad de Mexico, de acuerdo con datos actualizados del gobierno del estado.
Funcionarios del gobierno hidalguense aclararon que las cifras confirman que 68 personas murieron murieron durante la explosión y 46 en los diversos hospitales en los que se encontraban, y a esa fecha, aún se encontraban con vida 68 personas.
La toma clandestina se encuentra localizada en el tramo del ducto Tuxpan-Tula, para transporte de gasolina, ocurrida en la comunidad de Tlahuelipan, en el estado de Hidalgo, México, localizado a cerca de 120 kilómetros de Pachuca, la capital.
De acuerdo con las primeras investigaciones realizada por las autoridades sobre una de las mayores tragedias ocurridas en México, la explosion ocurrió tras «la perforación intencional de un ducto por traficantes de combustible», que originó que cientos de personas, incluidas familias enteras, se lanzaran –con garrafas, baldes y contenedores en mano- sirviéndose del enorme chorro que brotaba del ducto.
Por su parte, Oscar Romero director de Petróleos Mexicanos, la empresa paraestatal que controla la producción y distribución de petróleo en el país, dijo que el 80 por ciento de las tomas clandestinas, desde el año 2016 al 2019, se han concentrado en siete estados: Hidalgo, Puebla, Guanajuato, Jalisco, Veracruz, Estado de México y Tamaulipas.
Un dato significativo es que mientras en 2017, Guanajuato ocupaba el primer lugar (con mil 852 tomas clandestinas, esto cambió en 2018, ya Hidalgo ocupaba el primer lugar, con 2,22, seguido por Puebla (2,072) y Guanajuato, con 1,852.
Mientras familiares de las víctimas continuaban con la penosa tarea de identificar a sus familiares, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha ofrecido que se investigará el incidente hasta sus últimas consecuencias, para deslindar responsabilidades.