Basta recorrer las calles de las grandes ciudades de Estados Unidos para darse cuenta de que la presencia hispana es arrolladora. Lo mismo en Nueva York, donde dominicanos, boricuas y colombianos, le han impreso un sabor único a las calles de la Gran Manzana.
Y qué decir de Miami, en Florida, donde cubanos, venezolanos y latinoamericanos de todas las latitudes, han hecho de esa ciudad, una de las urbes latinoamericanas más importantes de Estados Unidos.
Así puede seguirse el recorrido hacia el oeste, y entonces llegaremos a las grandes ciudades de Texas, Arizona y California, y encontraremos una comunidad mexicana que con su presencia ha moldeado el carácter de estas regiones.
A pesar de las diferencias de acento, de costumbres, de tradiciones, los hispanos de Estados Unidos tenemos en común el deseo de progresar, y eso se demuestra en el hecho de que las empresas propiedad de hispanos crecieron un 31.6% desde 2012, más del doble que el resto de las compañías en Estados Unidos.
En Estados Unidos existen unos 4.4 millones de pequeños negocios propiedad de hispanos, que contribuyeron, hasta octubre del 2018, con más de 700 mil millones de dólares por año a la economía del país, según un reporte de la Cámara de Comercio Hispana de los Estados Unidos.
A pesar de nuestros avances, los retos que tenemos son enormes, pero poco a poco se ha ido avanzando. Cada vez hay más jóvenes que están entrando a las universidades para estudiar y ejercer en todos los campos de la ciencia; cada vez hay mas funcionarios electos en puestos de elección popular; cada vez hay más modelos a seguir, y eso es motivo de celebración.
En el mes de la Herencia Hispana tenemos muchas cosas por celebrar, y deseamos hacerlo reconociendo nuestras diferencias y aportando nuestra alegría a la construcción de este gran país.