Las zonas montañosas son escenarios frecuentes que utilizan los “polleros” para el cruce ilegal de migrantes. Foto José Antonio Avilés

TIJUANA.- Deshidratado, con la ropa sucia manchadade lodo y con la ilusión de llegar a Estados Unidos hecha pedazos, así fue abandonado un joven centroamericano por un “pollero” en la frontera entre México y Estados Unidos.

Apenas tiene 18 años pero su historia la cuenta desde el anonimato porque el miedo de ser encontrado por pandillas de su país aún lo aterra.

Fernando es como prefiere que lo llamen para no revelar su identidad.

Nació en Guatemala, país en el que considera que no podría lograr un futuro prometedor por los conflictos económicos y sociales de su entorno.

Así fue como tomó la decisión de partir de su tierra con la meta fija de llegar a Tijuana para tratar de alcanzar el llamado sueño americano.

Para lograrlo su familia realizó un sacrificio grande alhipotecar su casa y así recaudaron más de 95 mil quetzales, dinero que convertido al billete verde representaron más de 12 mil dólares.

Con la gran mayoría de ese recurso, Fernando creyó que tenía garantizada la entrada al territorio estadounidense de manera ilegal a través de untraficante de personas que contactó desde su país.

El guatemalteco jamás imaginó que el “pollero” lo traicionaría a pesar de haberle pagado casi diez mil dólares.

“Cuando caminábamos por el desierto, (el “pollero”) nos decía que faltaban días para llegar a Estados Unidos y solo así nos venía diciendo pero cuando nos dijo que solo faltaban dos días dormimos esa noche y al día siguiente ya no estaba él”, reveló Fernando.

El guatemalteco se quedó solo junto con un par de personas más en medio del desierto sin saber si pisaba suelo mexicano o estadounidense y sin tener a un familiar o conocido a quien pedir ayuda.

Unos galones de agua y una maleta con poca ropa era lo único que traía consigo.

Durante varias horas caminaron por rumbo desconocido hasta que se toparon con una ranchería de Tijuana donde los orientaron para poder llegar a un albergue migrante.

“La gente de ahí (de la ranchería) se asustó porque me vio con la ropa sucia, rota llena de lodo y yo les dije que no era ladrón, que nada más quería ayuda y saber en dónde estaba”, contó el guatemalteco.

Apoyo

Fernando vivió una de los peores momentos de su vida al depositar su dinero y confianza en un traficante de personas, pero su caso no es aislado.

De acuerdo al reporte de acciones de protección a migrantes que realizan los Grupos Beta en Baja California, de enero al mes de marzo de este 2021más de doscientos migrantes han sido rescatados a lo largo de los límites fronterizos que dividen a Baja California de California.

Los migrantes fueron retirados de una situación de riesgo en escenarios como ríos, desiertos o vías de tren.

La gran mayoría fueron localizados en la frontera entre Tijuana y San Diego.

Los grupos Beta son agrupaciones creadas por el gobierno mexicano para proteger y defender los derechos humanos de los migrantes, sin importar su nacionalidad o situación migratoria. 

Las zonas montañosas y desérticas son escenarios frecuentes que utilizan los “polleros” para el cruce ilegal de migrantes donde logran confundirlos y abandonarlos.

A pesar del riesgo y la traición frecuente de los traficantes, muchos como Fernando se atreven a correr el riesgo de tratar de cruzar ilegalmente la frontera.