Washington, 25 ene (EFE).- La inmigración es más que un fenómeno de movimiento poblacional en Estados Unidos, donde inevitablemente está ligada a su historia desde sus orígenes hasta la actualidad, como lo demuestran algunos de los más de tres millones de objetos del Museo Nacional de Historia en Washington.

«La historia de los Estados Unidos es una historia de inmigrantes, menos los indios que estaban aquí, todo el mundo que vive en Estados Unidos tiene origen inmigrante, sea de Inglaterra, España, México, China, Japón», señaló a Efe Melinda Machado, directora de relaciones públicas del museo.

El museo, que fue reabierto al público a finales de 2008 después de un trabajo de remodelación, atesora más de 3 millones de objetos, algunos de los cuales se exponen en las cinco plantas del edificio, mientras que otros se guardan con exquisito mimo en los depósitos para su conservación.

Al igual que se muestran algunos recuerdos de los presidentes del país, como la conocida como «Biblia de Jefferson», un tomo que elaboró el presidente Thomas Jefferson (1801-1809) con pasajes de la vida de Jesús recortados de diferentes biblias en inglés, francés, latín y griego, también cuentan con otros más folclóricos.

La colección tiene, por ejemplo, un vestido de lentejuelas de la cantante de origen cubano Celia Cruz o el uniforme del jugador de béisbol puertorriqueño Roberto Clemente, considerado uno de los mejores de la década de los sesenta.

Son objetos que demuestran que la aportación de los hispanos a la cultura, a la música, a la historia y al deporte nacional no se puede obviar.

«Uno tiene que recolectar de todo para poder presentar toda la historia», señaló Machado.

Entre las exposiciones temporales destacan una dedicada a la revolución mexicana y otra a la comida china, que es «muy popular en EEUU pero cuyos orígenes vienen, principalmente, de los hombres que vinieron de China a trabajar en los ferrocarriles».

El museo busca ahora ampliar esa otra historia, la humana, la que está compuesta de retazos de la vida cotidiana de personas con orígenes diferentes que unidos forman la crónica de todo un país, con un proyecto a gran escala titulado «All Americans» («Americanos Todos»), que tratará tanto el fenómeno migratorio como el rechazo.

Machado explicó que los comisarios de la exposición ya están buscando «diferentes objetos de la inmigración y también de la antiinmigración, porque tenemos muchos movimientos aquí en EEUU que también son antiinmigración y es la responsabilidad del Smithsonian documentar toda la historia».

Como adelanto, esta primavera tienen previsto a abrir la muestra «America’s Stories» («Historias de los Estados Unidos»), en la que se contarán varias historias de inmigrantes que viven en el país.

Los visitantes podrán ver los documentos de una mujer que estuvo presa en un campo de concentración nazi en Europa y que tras huir a EEUU escondió sus objetos en una bolsa dentro de un armario, que fue descubierto años después por sus hijos y nietos, ya estadounidenses, que decidieron donarlos.

Otra de las costumbres asimiladas procede de México, es la de la quinceañera, una celebración familiar con la que se festeja el paso a la adolescencia de las niñas.

Así se podrá ver un vestido largo, rosado con corona, que regaló una joven ya adulta, y que muestra que «también la costumbre quinceañera se ha hecho una costumbre estadounidense».