Charlotte, 17 feb (EFE).- La vida de Fernando Aguirre, presidente de Chiquita Brands International, una de las corporaciones de vegetales y frutas más grandes del mundo, ha girado en torno a los retos y nunca olvidarse de sus orígenes.

En los próximos meses, este mexicano, nacido en el Distrito Federal, en el seno de una familia de clase media y de cuatro hermanos, comenzará a escribir un nuevo capítulo en la historia de esta multinacional, al mudar sus oficinas principales al centro de Charlotte, la ciudad más grande de Carolina del Norte.

Ante una audiencia de más de 250 personas, entre empresarios hispanos y estadounidenses, reunidos recientemente en un almuerzo de la Cámara Latinoamericana de Comercio de Charlotte (LACC), Aguirre enfatizó que la diversidad de la fuerza laboral y sus habilidades en los idiomas en una compañía «ahora más que nunca son importantes».

«La globalización está aumentando a pasos grandes y rápidos, el ser bilingüe y bicultural en este país es esencial, la mitad de nuestros trabajadores son hispanos o de ascendencia latina, y estamos muy orgullos por ello», acotó el hispano de 53 años.

Dijo que parte de la decisión de mudar Chiquita desde Cincinnati (Ohio) a Charlotte (Carolina del Norte) se debe a la diversidad de la comunidad.

«Jamás me he sentido tan bienvenido en un lugar como lo he experimentado en Charlotte», enfatizó, «al estar nosotros aquí (Chiquita) vamos a ampliar la presencia de la comunidad hispana en la zona».

Parte del éxito de este empresario, que dirige una fuerza laboral de 21.000 personas, con presencia en 70 países, la mayoría en Centroamérica, con ganancias anuales de 3 mil millones de dólares, se debe al haber aprovechado su «particularidad» y a nunca darse por vencido.

Aguirre recordó sus inicios, cuando a los 17 años llegó como estudiante de intercambio a jugar béisbol a un pequeño poblado de Illinois sin saber inglés y las burlas que recibía por su «acento mexicano».

«Ser diferente es único», afirmó. «Esas experiencias me ayudaron a tener confianza, a utilizar esta particularidad para un beneficio, a convertir algo negativo en positivo, a reconocer que el mundo no es plano».

Aunque recibió una beca para jugar béisbol en Southern Illinois University en Edwardsville, se dedicó a estudiar sistemas, y terminó una licenciatura en Ciencias con especialidad en Administración de Empresas.

Su padre -que hablaba perfecto inglés y fue su inspiración- le consiguió una entrevista en México para la empresa Procter & Gamble, donde realizó una pasantía en el verano.

En Procter & Gamble ocupó durante más de 23 años varias posiciones, que lo llevaron a vivir en diferentes países como Brasil, Canadá, México, y finalmente en Estados Unidos, hasta que decidió que «era el momento de un cambio».

«Nunca soñé con ser CEO de una gran empresa», contó el mexicano a Efe, naturalizado estadounidense hace dos años. «Sin embargo, con trabajo duro, dedicación, esfuerzo, liderazgo, tener metas, objetivos, y pasión por lo que haces, se puede lograr el éxito».

Desde que Aguirre llegó a Chiquita en 2004, la empresa ha sabido diversificar el negocio, desarrollar productos innovadores en la industria de alimentos, aumentar las ganancias, pagar deudas y reducir costos.

Ahora busca que Chiquita colabore con el mejoramiento de la alimentación a nivel mundial, produciendo meriendas saludables que combatan la obesidad infantil.

Aparte de producir y exportar bananas, Chiquita también comercializa manzanas, aguacates, cerezas, ciruelas, nectarinas, y otras frutas, vegetales, jugos y merengadas (smoothies).

Hace cinco años, Chiquita compró la empresa Fresh Express, líder en el mercado de ensaladas preempacadas.

«Uno de cada tres niños es obeso en Estados Unidos. Esto es una epidemia y tenemos responsabilidad como empresa de alimentos en mejorar esta situación», agregó.

Aguirre, que tiene dos hijos y acciones en el equipo de béisbol de las grandes ligas, los Rojos de Cincinnati, considera que la cultura hispana y la estadounidenses comparten más similitudes que diferencias.

«Ambas tienen ética de trabajo, comparte una meta de alcanzar el sueño americano, trabajan fuerte y en equipo para alcanzar sus objetivos», apuntó Aguirre, que en 2009 recibió una compensación monetaria de 7,6 millones de dólares, según la revista Forbes.

El mexicano se convirtió en 2010 en el primer hispano y CEO de una empresa en participar en el programa «Undercover Boss», de la cadena de televisión en inglés CBS, haciéndose pasar por un trabajador inmigrante.

En Charlotte, Chiquita reclutará a 200 personas que ocuparán diferentes posiciones, desde niveles gerenciales hasta administrativos, particularmente bilingües e hispanos.

«Quiere que Charlotte se convierta en la Ciudad Chiquita y con su ayuda lo lograremos», concluyó Aguirre, que en 2004 la revista Hispanic Businesss lo clasificó como uno de los hispanos más influyentes de Estados Unidos.